Por Mario Luzuriaga

Luego de un largo tiempo ausente de la pantalla grande, Julio Chávez, regresa en este nuevo largometraje dirigido y escrito por Matías Lucchesi.

Fernando (Chávez) es un hombre solitario y enfermo terminal que decide navegar con su velero para morir. Durante su viaje, se encuentra con Carla (Pilar Gamboa), una joven que se ve involucrado en un crimen. Juntos se adentran por las aguas interiores y se topan con un extraño y entrometido prefecto (César Troncoso).

La película es corta y puede ser algo tediosa, lenta y sin muchos diálogos, pero las actuaciones de los tres actores son efectivas y por demás de convincentes. Chávez interpreta de manera magistral a este hombre enfermo, que al no querer ser una carga para su hijo, decide emprender este viaje para poder morir en paz. A su vez asumiendo un rol paternal y protector para con el personaje de Pilar Gamboa.

Gamboa interpreta a esta joven que se muy conmovida y con mucho miedo de ser acusada de un horroroso crimen, y ve en el personaje de Chávez una especie de amor y protección que siempre quiso para su vida. Por último, el actor uruguayo César Troncoso interpreta a éste prefecto sociópata y psicópata que intenta meterse todo el tiempo entre Fernando y Carla y resulta muy efectivo y hasta se puede llegar a entender la psicología de un hombre carente de afecto.

Grandes interpretaciones, buena fotografía, una interesante historia, que para muchos les resultará lenta pero a la vez es navega en el interior de las conductas de las personas.

Calificación: Buena