Por Santiago Fraga

“Toda historia debería poder resumirse en una o dos líneas. Pero el costo de la síntesis es la omisión de los efectos de esa historia”. La frase con la que se difunde el libro es, quizás, una de las más acertadas a la hora de hablar de esta novela. El camino de un joven que luego de salir de un instituto de rehabilitación tras haber estado involucrado en un crimen con un amigo decide transformar su rebelde y mala vida encontrando la redención a través de la literatura es la gran historia que se revela en “Después del fuego”, la segunda novela del escritor rosarino Javier Nuñez.

La misma será presentada este sábado 10 de junio a las 19 en la Facultad Libre de Rosario (9 de julio 1122) y representa la segunda incursión del reconocido cuentista en el género de la novela, tras su éxito con “La Doble Ausencia” que le valió ser finalista del Premio Emecé 2011 y ganador del Premio Latinoamericano a Primera Novela “Sergio Galindo” en 2012.

En este marco, Conclusión tuvo un tan extenso como interesante diálogo con el propio Javier Nuñez, quien habló sobre su libro, su carrera en la escritura, su infancia, el hecho de que sus textos lleguen a Nueva York y sobre la literatura.

Algunas frases a destacar:

Historias: “Uno busca el mejor modo de llevar a cabo las historias que quiere contar y el marco te lo va dando la propia historia”.

Premios: “Los premios son por un lado un aval externo de que el laburo de uno tiene reconocimiento, pero lo que suelen ser son empujones que a uno le dicen que está yendo por el camino a seguir”.

“A veces los premios son la única posibilidad que encontramos los escritores para transitar un camino. Obtener el premio de novela me posibilitó viajar a México, editar el libro afuera, hacer la presentación allá, y que las obras siguientes encontraran a lo mejor otro tipo de recepción a la hora de buscar canales de publicación”.

Nacer en 1976: “Libros en mi casa había pero hubo un montón que hubo que enterrarlos. Son recuerdos o registros que en mi memoria no los tengo, pero que crecer después de eso se dio en un crecimiento de estar mirándose a uno mismo, mirando hacia atrás, integrándose con la memoria social del país y no sólo con la memoria de uno mismo, lo que de algún modo te termina marcando, como persona y en la literatura”.

Rosario complicada: “Acá en Rosario es complicado destacarse en muchos ámbitos que tienen que ver con la cultura, y la escritura es uno de esos ámbitos donde resulta bastan te complejo. Porque cuesta mucho que nos miren a nosotros desde afuera de la ciudad y muchas veces cuesta muchísimo que nos miren dentro mismo. Salvo que tengas un aval que venga de afuera, como nos ha pasado a Marcelo Britos y a mí que después de tener el premio en México empezamos a tener una mirada o un reconocimiento que antes no teníamos”.