Por Mario Luzuriaga

El próximo lunes 16 y martes 17 se llevará a cabo un seminario intensivo de teatro a cargo del grupo «La Macbeth» y estará presente el actor Fabián Vena.

El actor es reconocido por su amplia trayectoria en televisión con programas como «Socorro, quinto año», «La banda del Golden Rocket» y «Resistiré» entre otros.

Pero su fuerte y presente laboral está en el teatro. Hasta hace muy poco tiempo estuvo en la obra «Casa Valentina» de José María Muscari y ahora con «Edipo Rey», el clásico de William Shakespeare.

Conclusión dialogó con el actor y comentó su presente laboral.

—¿Es todo un desafío formar nuevos actores?

—(Suspira) Me pasan tantas cosas, llevo treinta y pico de años de carrera que ni siquiera en este último tiempo imaginé que iba a dar clases. Para mi la docencia es tan enorme que ni siquiera imaginé ser docente. Para mí es una sorpresa enorme y grata, surgió de una manera muy particular. Siempre me gustó hablar de técnica y ayudando a mi mujer que estaba preparando un trabajo, la empecé a ayudar de a poco con los ensayos. La ayudaba con ciertas cosas y cuando ella volvía de los ensayos me contaba lo que sucedía. Y de pronto pensé en empezar a dirigir, rol que no lo tuve pensado. Entonces me preguntaba qué tenía para ofrecer y empecé desde cero con los libros de estudios y sobretodo de Satanislavski. Tomar esos libros fue mi base para trabajar desde los 17 años, entonces tomé ese método y lo seguí aplicando.

—¿Volver al método fue el puntapié inicial para empezar a dirigir?

—Al principio pensé que iban a ser cursos, pero terminó siendo una escuela donde ya tengo mi grupo de docentes que es extraordinario y me acompañó toda la vida. Abrí para chicos y para adolescentes porque me lleva a cuando yo empecé a estudiar teatro a los 11 años. Las sensaciones que tengo muy guardadas y me acompañan todo el tiempo y me siento muy feliz de poder transmitirlas.

—Al ejercer la docencia ¿Detectas el potencial que tienen los alumnos?

—Yo no evalúo talentos, me parece que es algo jodido, no me gusta que se metan con mi talento porque me voy a meter con el de otros. Sobretodo porque en principio hay una actividad que es la actuación, que tiene que ver con la expresión individual que tiene cada uno. Lo peor que podemos hacer los actores es copiar a otro, porque eso es alejarnos de nuestra propia verdad. Lo que empiezo a evaluar son un sus propias expresividades. A partir de lo que tienen ampliar ese abanico de expresividades que tienen, hacerles conocer sus propias posibilidades expresivas tanto físicas como creativas, emocionales e imaginativas. A partir de ahí se van dando cuenta que son sere únicos y expresivos. Vi el enorme crecimiento que tuvieron mis alumnos de primer año que ahora están en segundo, lo único que hicimos fueron darles las herramientas, el resto el mérito de ellos.

—Pasando al lado actoral ¿Cómo ves la falta de ficción que hay en la televisión?

—Hay cierto sentimiento de tristeza, pero sobretodo por una cuestiçon de que la tele tiene sus propias reglas. Lo veo como una pena porque tenemos una enorme muestra de productos argentinos, hechos con grandes actores, autores y productores que se la juegan.Cuando esos proyectos tienen mucho éxito los productores mismos, que hoy hacen negocio con una lata (novelas o series extranjeras), hacen mucho más negocio con el producto nacional. Y no solamente es necesario ese negocio para que la tele rinda, sino el orgullo artístico de que hicieron algo que va a quedar marcado para siempre en el público. Entonces yo apunto al camino de lo artístico, hay gente que es un poco más fría que le interesa los números. Si bien vivo de lo económico, pero lo valorable es lo artístico porque es para el público. Es el público quien valora lo que estamos haciendo.

—Hablando de reconocimientos, la gente te recuerda de tus trabajos, sin ir más lejos hace un tiempo te reencontraste con Adrián Suar y Diego Torres ¿Qué se te pasó cuando volviste a compartir escenas con ellos?

—Son personas muy importantes en mi vida, además de tener un cariño y afecto incondicional. Nos conocemos en un momento de crecimiento, teníamos 20 años imaginate que eramos muy chicos pero maduros en otros aspectos. Cada vez que nos encontramos o sabemos algo del otro nos viene inmediatamente una sensación de mucho afecto y de un recorrido muy grande. «La banda del Golden Rocket»fue muy importante, como lo fue «Socorro, quinto año» para mí. Cuando hice mi primer gira teatral, vi el cariño de la gente por haber estado en «La banda…».

—Llevándote al teatro ¿Fue un reto grande participar de «Casa Valentina» y también en «Edipo Rey»?

—Claro que si, el desafío tiene que ser enorme. Si no hay riesgos lo que uno va a hacer, quedate en tu casa. No hay peor tortura para un actor que hacer algo que no le gusta. La búsqueda constante de crecimiento no tiene jubilación, aunque por suerte la tenemos los actores, pero nunca en términos creativos. Después el próximo proyecto tiene que ser algo que todavía no hiciste, ampliar su aspecto. Nunca hice de mujer, de interpretar a un crossdresser no tiene nada que ver con la sexualidad, son hombres que expresan su feminidad y lo expresan, eso es muy valiente. Y lo de «Edipo Rey» por supuesto, estoy reestrenandola y estoy muy contento por eso.

—Por último ¿En qué parte de tu vida te encontrás?

—Imaginate estoy incendiado (risas). Estoy en un momento extraordinario, muy feliz con lo que estoy haciendo. Me ha cambiado y modificando como actor. Ahora estoy por estrenar un unipersonal llamado «Conferencias sobre la lluvia» y es muy apasionante, es la historia de un bibliotecario dando una conferencia. Esto me permite en estar conectado con estas cosas nuevas.