Seguramente cuando formó parte de la trova en sus inicios, Fito Páez nunca hubiera imaginado la gran carrera que le esperaba por delante. Músico, pianista, compositor, cantante, director de cine. Grabó decenas de discos, premiado en innumerables ocasiones.

El año pasado se emitió por Netflix la serie acerca de su vida bajo la supervisión del mismo músico y con el nombre de una de sus mejores y memorables obras artísticas: «El amor después del amor». El éxito de la serie tuvo tanta repercusión que por un lado permitió que nuevas generaciones se interesen por conocer la música de Fito y por el otro, logró que muchos de los que ya conocían lo que artísticamente hacía Páez, lo redescubrieran.

Los 61 años encuentran hoy al exitoso artista rosarino disfrutando de un gran presente artístico y quizá en uno de los mejores momentos de su carrera.

La histórica «Ciudad de Pobres Corazones», que Rodolfo Páez escribió en el 86 ante una tragedia familiar, hoy está más vigente que nunca, es una de sus canciones más replicadas en estos momentos en las redes sociales, ante la ola de violencia desatada los últimos días en Rosario, ciudad que Fito tanto ama, porque nació, se crió y vivió su adolescencia en la cuna de la bandera, como lo dejó en claro en su cuenta de X luego de los últimos shows que brindó en diciembre del año pasado en el predio de la ex rural del Parque Independencia:

“Rosario de mi vida! Gracias otra vez por darme la vida! Amo a mi ciudad, a la gente de mi ciudad. Sus calles, su futbol, sus bares, sus florerías, los cementerios donde reposan mis muertos, los Carlitos de Gorostarzu, las chicas del Junior, los cines que ya no están, los parques, mí río Paraná, cantar como esta noche y tantas otras miles infinitas… Me haces tan bien Rosario y en esa palabra quiero nombrar a sus habitantes. Porque qué son las ciudades sin las personas?”

Por todo lo que hizo, por lo que hace y por lo que seguirá haciendo hasta el último día de su vida, Fito Páez ha demostrado ser un artista completo, versátil y prolífico cuya gran obra no sólo es venerada por un público de un amplio rango etario, por melómanos y músicos para quien es una gran influencia sino que permanecerá como un gran legado artístico y cultural para las futuras generaciones.