Por Santiago Fraga

Una fuerte polémica se despertó en las últimas horas en Rosario en torno a una película de producción nacional. “Pibe Chorro”, un documental independiente enfocado en una realidad social que va en contraposición de la construcción mediática y hegemónica del término, fue cancelada por el Arteón, Espacio Incaa Rosario, con la justificación del “clima de miedo” que hay en la ciudad y “evitar situaciones que puedan llegar a provocar el título”.

En las últimas horas, desde el espacio salieron a aclarar que todo fue un “malentendido”, ya que en uno de los días de función (8 de septiembre) está programada la marcha “Rosario Sangra”, y que la proyección fue programada para el martes 13 de septiembre.

Sin embargo, Conclusión se contactó con dos creadoras de la película, la directora Andrea Testa y la productora Andrea Perner, quienes aseguraron que “no se comunicaron” con ellas, sino que “han enviado una nota al INCAA” y “no se están haciendo cargo del mail que enviaron” y prontamente publicarán en las redes.

Ellas aseguran que lo que les planteó la sala es que la decisión fue tomada ya que “Rosario se ve conmovida por la situación de inseguridad que se vive todos los días”, que “el clima de miedo se instaló” y que la película “con el título puede llegar a provocar situaciones que podemos evitar”.

En respuesta, sostienen que hacen documentales enfocados en una realidad social “de la cual somos parte y no la negamos”. En el caso particular de “Pibe Chorro”, asegura que busca a ir al fondo del problema que se plantea como premisa, ya que “discute las determinaciones políticas, sociales, económicas, y la construcción de discursos que buscan explicar y se proponen una salida (o un encierro) acerca de esta realidad”.

La película estaba programada para ser proyectada en dos funciones la primera y segunda semana de septiembre, hecho que ya figuraba en la difusión de la programación oficial de la película.

Respecto del documental y el contexto, las creadoras contaron a Conclusión que empezaron a realizarla en 2010, y que no fue hecha “para disfrazar un contexto, sino para problematizarlo”.

“Quienes la hicimos no somos ajenos a la realidad que atraviesa Rosario en particular. De hecho, una de las protagonistas de la película -Mecha Martínez- es referente de la organización de desocupados CUBa-MTR que también tiene trabajo barrial en la ciudado. Por lo cual, nuestra respuesta ante el levantamiento intempestivo de las funciones ya programadas en Rosario es, ante todo, hacer público que es una decisión política, de ideas…”, detallaron.

Cabe aclarar que todas las salas en Espacios Incaa han tenido acceso a visualizar la película previamente, y que la misma ya ha sido proyectada con éxito de público en el Cine Gaumont, de Capital Federal (donde estuvo siete semanas y juntó seis mil personas), y en salas de San Justo, Morón, Palomar, Ituzaingó (Corrientes), Resistencia, Salta y Tucumán, con funciones en espacios alternativos y con proyecciones programadas para Neuquén, Córdoba, General Roca, Villa Regina, Trevelin, Zapala, Montevideo (Uruguay) y Valparaíso (Chile). Así también aseguran que la van a exhibir en Rosario, aunque sea en espacios alternativos.

“Esta decisión por parte de la sala evidencia que las políticas de estrenos en Espacios INCAA son insuficientes para una realidad en la que las películas tienen que pujar por conseguir espacios de exhibición. Acá nos encontramos con que un privado dispone arbitrariamente imponer su decisión sobre una programación ya acordada con el INCAA, y nos levantan las funciones”, criticaron.

La realidad de los ‘pibes chorros’

Andrea Testa y Andrea Perner contaron a Conclusión que el primer impulso que los llevó a realizar la película fue “responder a la construcción mediática y hegemónica sobre los ‘pibes chorros’ y “sobre todos los discursos que se constituyen alrededor de ese otro peligroso”.

“Nos parecía que tenía que existir una película que interpele sobre la violencia preguntando si no es violencia también la ausencia de políticas de protección integral hacia los más excluidos. Construir otro rostro al pensar la palabra ‘pibe chorro’, descubrir un rostro distinto: quiénes son”, comenzaron explicando.

A raíz de esa motivación, cuentan que emprendieron un largo camino, donde la película “fue modificándose, fue interceptada por la realidad, fue vuelta tragedia”. “La muerte de niños se interpuso en el lente de la cámara y tuvimos que preguntarnos qué hacíamos como sociedad, como sujetos políticos”, dijeron.

“La película no cuenta la historia de un pibe chorro sino que se moldea con voces y con imágenes de la lucha de clases. Hay un muro que divide a los ricos de los pobres: un barrio privado con un lago artificial en Nordelta y las casillas de un barrio popular llamado Las Tunas. De eso habla la película. Y con esos retazos de imágenes, de momentos, invitarnos a pensar todos, a interpelarnos profundamente por qué, como dice la voz de Vicente Zito Lema en uno de sus poemas, por qué en esta sociedad hay niños que matan… porque ya nacieron muertos. ¿En qué mundo estamos viviendo?”, sentenciaron.

Ellas forman parte de DOCA (Documentalistas de Argentina), una asociación de documentalistas que se organiza y lucha para que el cine documental, no sólo consiga financiamiento estatal, sino que se encuentre con su público.

Finalmente, sostuvieron que a raíz de la decisión y la polémica “hay varias personas que se comunicaron a través del Facebook y organizaciones de Rosario (estudiantiles, de DDHH, barriales) que nos vienen preguntando y esperando para difundirla”, a quienes ya les habían confirmado las fechas. “Había una gran expectativa sobre la película en la ciudad de Rosario por eso entendimos que teníamos que hacer pública esta situación ya que no era una mala noticia solamente para nosotros como equipo, sino para todos los que la estaban esperando”, concluyeron.

A fin de cuentas, desde el Espacio Arteón, según el comunicado publicado esta tarde, la función fue reprogramada para el martes 13 y el jueves 15, manteniendo «la misma cantidad de funciones y días».

«Es oportuno dejar en claro para quienes desde otros ámbitos del país no tienen la posibilidad de conocer a fondo la trayectoria de nuestra entidad, que Arteón ha sido y es durante 51 años un verdadero bastión en la defensa del Cine Nacional y de la resistencia hacia todas las dictaduras y regímenes autoritarios que padeció nuestro país, con su aptitud de exhibir, en esas épocas difíciles, todas las películas que pretendían ser prohibidas. Lejos de nosotros entonces, privar a nuestro público de una exhibición, sino al contrario, posibilitar las mismas en el mejor clima para su traslado, asistencia y debate», continuaron.