El bailarín clásico y coreógrafo argentino Iñaki Urlezaga, estuvo en Rosario acompañando el lanzamiento del libro «Estrategias de poder en el cuerpo del actor-bailarín» de la autora rosarina María José Sesma.

El artistas oriundo de La Plata, quien comenzó su carrera a muy temprana edad con la Maestra Lilian Giovine y prontamente ingresó al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, ha llevado su carrera como bailarín clásico a niveles internacionales y ha podido representar a la cultura argentina en muchos países del mundo.

Como primer bailarín ha desarrollado un amplio repertorio: El Lago de los Cisnes, Don Quijote, La bella durmiente, El Cascanueces, Romeo y Julieta, Manon, Winter Dreams, Anastasia, Sinfonietta, Scene de Ballet, Dances Concertantes, Symphonic Variations, The Judas tree, New Bintley Ballet, Songs of the Earth, Giselle, Ondine, Serenade, Spartacus monotones, Carmen, Remanso, Mozart, La fille Malle Gardee, Raymonda, Eugene Onegin, La Sylphide, The
Bayedere, Le Corsaire, Paquita, Gloria Birthday Offering, Symphony in C, The Lile garden, Pampeana, Destino Buenos Aires (Tango) Tango en gris, Five Tango, Apollo y sus tías, Games, Floralis, La Traviata, Dios se lo Pague, entre muchos otros.

Durante el 2018, Urlezaga realizó su gira mundial de despedida de los escenarios como primer bailarín. En el año 2019, convocado por el Teatro Yacobson de San Petersburgo, Urlezaga crea el ballet «La Dama de Picas», en el marco por la celebración especial del 225 aniversario de Pushkin, junto al diseñador Ezio Frigerio y Franca Squarciapino. Estrenó en San Petersburgo el 05 de diciembre.

Conclusión entrevistó al reconocido artista en su paso por Rosario, quien opinó sobre la cultura y las posibilidades que existen hoy en la escena argentina en cuanto al desarrollo de las diferentes artes escénicas que hacen a la cultura de nuestro país.

Urlezaga destacó la importancia de esta publicación: «Para la cultura es importante, porque es un libro que habla de cultura, de la disciplina del actor, de la disciplina del bailarín. Yo lo leí para estar al tanto de lo que se trataba, para mí es una fiesta poder hacer algo que tenga que ver con las artes escénicas, la cultura en general, porque siento que el valor que tiene la cultura es muy importante en la ciudadanía».

«Siempre que uno tenga la posibilidad de tener un texto interesante para leer o la posibilidad de que algo te dé una reflexión más profunda de la que tenías, siempre vas a ser mejor persona. Entonces para mí eso es muy importante porque nos educa como sociedad y nos hace ser mejores», conceptualizó el bailarín.

El bailarín insistió en que «una sociedad educada es mucho más altruista, mucho más pacífica, por ende más libre«.

Para el artista, el desarrollo de oportunidades desde el Estado debería estar presente, pero no es así. «De la dictadura en adelante yo creo que la cultura no ha gozado de algo fecundo. No ha sido la etapa que nos toca vivir a los artistas en este momento algo prioritario para el Gobierno. Creo que hay diez millones de problemas que nos anteceden y parecería que una política de estado cultural nunca llega a ser noticia en los medios porque todavía no ha pasado», señaló Urlezaga.

Y debido a esta cuestión, los artistas «vamos emparchando, vamos viendo cómo se va pudiendo con las herramientas que hay, con el presupuesto escaso que tiene la cultura, hacer lo mejor que se puede. Pero todavía no hay concreto algo para festejar».

A pesar de no contar con el apoyo necesario para el desarrollo de una industria cultural argentina de grandes proyecciones, la comunidad de artistas en el país no deja de crecer y crear al mismo tiempo.

Al respecto, Urlezaga aseveró: «Los artistas somos incansables, de la manera que sea uno trata de lograr un sueño, una utopía, un objetivo. Hay mucho de autogestión, lo que el público ve es el producto del esfuerzo. Pensemos que un director de cine muchas veces tiene que hipotecar su casa, si es que la tiene, para poder tomar un crédito para poder realizar su sueño y hacer su película. Lógicamente que la prioridad es la salud y la educación, sin eso no hay nada, pero sin cultura tampoco, porque creo que la identidad genuina de cada pueblo esta enraizado en su cultura».

Sobre la preparación de los artistas en cuanto a lo teórico intelectual, el coreógrafo argumentó: «Intelectual suena rimbombante. Yo creo en la formación humanística, porque ahí enarbolas el espíritu, el raciocinio, el intelecto, las emociones. El ser humano es una integridad. Me parece que ahí es donde las personas deben poner sus esfuerzos si quiere abrazar la cultura. Si uno lo hace con ánimos de poder comprenderse en el otro, es ese el camino para tomar».