El 2 de diciembre de 1905, nacía en Villa Crespo el músico Osvaldo Pugliese, uno de los grandes referentes del tango, quien además se convirtió en un símbolo de la buena suerte luego de que su música destrabara conflictos en un recital de Charly García.

“Don Osvaldo” era figura frecuente en los bailes de milonga, donde brindaba shows explosivos que convocaban no solo a los amantes del dos por cuatro, sino al público curioso que quería ver en directo a ese músico distinto.

Hijo de una familia de músicos, su padre le regaló un violín y lo inscribió en el Conservatorio Odeón en Villa Crespo. Sin embargo, allí descubrió el instrumento que lo apasionó durante toda su vida: el piano. Estudió con grandes maestros, como Vicente Scaramuzza y Pedro Rubione.

A los quince años formó parte de un trío musical junto con el bandoneonista Domingo Faillac y el violinista Alfredo Ferrito, con quienes debutó en un bar llamado “Café de la Chancha”. Luego, participó con otro conjunto, en el que se encontraba Francisca Bernardo, la primera bandoneonista de la Argentina, más conocida como “Paquita” o “la flor de Villa Crespo”.

Fue integrando distintos agrupamientos musicales hasta que en la década de 1930 formó su propia orquesta junto con el violinista Elvino Vardaro. Su primera presentación se realizó en el Café Nacional y tuvo una gran repercusión. Con aquella fama incipiente lograron llevar adelante la primera gira por el país, pero no todo resultó como esperaban: el proyecto demandó más gastos que ganancias y tuvieron que empeñar algunos de sus instrumentos para volver a casa.

En 1936 creó un sexteto junto con los bandoneonistas Alfredo Calabró, Juan Abelardo Fernández y Marcos Madrigal, los violinistas Rolando Curzel y Juan Pedro Potenza, y el contrabajista Aniceto Rossi. Esta fue la orquesta con la que cosechó su gran reconocimiento durante 55 años. Aunque la agrupación tuvo algunos cambios, siempre permaneció fiel al espíritu original de los integrantes.

Así, Osvaldo Pugliese creó más de 150 canciones, algunas muy conocidas como “La Yumba”, “Recuerdos”, “La Beba”, “Negracha” o “Malandraca”. También grabó más de 600 piezas de otros músicos y autores.

Osvaldo Pugliese falleció el 25 de julio de 1995, a los 89 años. Su hija Beba y su nieta Carla, también pianistas, continúan el legado de este grande de la música que mantiene intacta su vigencia.

Pugliese, Pugliese, Pugliese: el antimufa por excelencia

La figura de Pugliese se convirtió en un símbolo de la buena suerte y protector de los músicos, quienes le rinden tributo y lo invocan para que los guíe y los proteja a través de la conocida frase “Pugliese, Pugliese, Pugliese”.

No debe haber estudio de grabación, oficina o estuches de instrumentos donde no asome una imagen de Osvaldo Pugliese, una estampita, un cuadro, todo lo que sume para marcar presencia y protección del santo antimufa, como se lo conoce en el mundo artístico.

Pero ahora bien, el mito de San Pugliese surgió a principios de la década de los 90’s, cuando en un recital de Charly García se desencadenó una serie de situaciones y problemas técnicos que retrasaron el comienzo del espectáculo.

El sonido no funcionaba bien, hasta que alguien del equipo intentó hacer una prueba con un disco del Maestro Pugliese. Fue ahí cuando todo empezó a mejorar y Charly pudo dar su show. A partir de ahí, nació el mito de la buena suerte que traía invocar al músico.

Ante cortes de luz, amplificadores averiados, instrumentos perdidos y otras tantas cosas que pueden suceder durante los conciertos o presentaciones, la cábala Pugliese parece estar siempre presente. Por eso, no son pocos los artistas que pegan una de sus fotos en un rincón del camarín. Hasta tiene su propia estampita y oración:

Oración a San Pugliese: “Protégenos de todo aquel que no escucha. Ampáranos de la mufa de los que insisten con la patita de pollo nacional. Ayúdanos a entrar en la armonía e ilumínanos para que no sea la desgracia la única acción cooperativa. Llévanos con tu misterio hacia una pasión que no parta los huesos y no nos deje en silencio mirando un bandoneón sobre una silla”.

Pugliese, el ciudadano

A Pugliese también se lo reconoce por ser un ciudadano comprometido con el trabajo de músicos, intérpretes, compositores, y sus derechos y obligaciones como artistas. En 1935 impulsó el Sindicato Argentino de Músicos del que fue el afiliado número 5, para promover las labores de la música como “una dignidad personal y no un castigo”, según decían desde la organización.

Un año después, también se afilió al joven Partido Comunista Argentino. Sus ideas y convicciones le valieron la persecución, censura y hasta la cárcel, durante el gobierno de Juan Domingo Perón y la posterior dictadura de la “Revolución Libertadora”. No obstante, Pugliese nunca dejó de tocar.