Por Mario Luzuriaga

Pepe Cibrián Campoy es uno de los hombres más importantes en el mundo del espectáculo. Reinventó la comedia musical con la obra «Drácula», que hasta hace un tiempo atrás seguía girando por todo el país.

Ahora el dramaturgo vuelve a Rosario para brindar un seminario y un casting los días 3 y 4 de noviembre en IADE Rosario. Dueño de un talento único, se define como el «maestro de la comedia musical argentina» y quiere dejar su legado a las próximas generaciones de actores.

Antes de su presentación dialogó con Conclusión acerca de su llegada a Rosario, sus proyectos futuros y su relación con sus padres.

—En estos días llega a Rosario para este casting y seminario.

—Rosario es una ciudad a la que le tengo mucho cariño. Pasé cinco años allí cuando se presentaban las grandes compañías de Buenos Aires y me instalaba un mes allí. Siempre fue una ciudad con muchos talentos. Este año fui dos veces a dar el seminario y me llamó la atención que no se haya presentado nadie. Me quedé triste porque le tengo un amor profundo a la ciudad y siempre vienen a los castings. Ahora me convocaron nuevamente y voy a disfrutar y que disfruten los artistas; ahí se va a trabajar el teatro, la disciplina y con el compromiso. Piensan que yo soy difícil, sólo que me gusta que suban al escenario y sepan la letra. Cuando hacemos audiciones vemos la actitud y eso lo valoro muchísimo.

—¿Va a aconsejar a los nuevos talentos?

—Voy a ir a hablar de teatro y, sobretodo, va a ir la persona que reinventó el musical en la Argentina, yo lo hice junto a los Lecture con «Drácula».

—¿Costaba mucho hacer un espectáculo de esas características?

—Nunca se había visto eso y los Lecture nunca habían producido un musical y sin embargo confiaron en mí. Nunca más produjeron a alguien hasta que murió Tito Lecture, eso generó un «boom» en la comedia musical y se generaron muchas escuelas. Cuando la estrenamos en Rosario fue un escándalo y abrieron muchas escuelas, por eso me llamó la atención que en los anteriores seminarios no hayan venido a verme. Si no hubiese hecho «Drácula», pues no existiría el musical como lo ven ahora. Es importante que me escuchen, no hace falta tener experiencia, las condiciones son para varios espectáculos. El año que viene voy a estrenar en Buenos Aires el musical «La dama de las rosas», en la que voy a protagonizar junto a Rita Terranova, es un espectáculo hermoso y estoy feliz de hacerlo.

—¿Le gusta volcar su experiencia para que continúe en la escena de la comedia musical argentina?

—Yo creo que es un honor para mí como ciudadano transmitir este conocimiento. Cuando expuse mi texto en el Senado de la Nación, hizo que me sienta un hombre comprometido con mi profesión y ciudadano. En todos los casos me dieron devoluciones impensadas, el hecho de poder hablar y decir las cosas, es maravilloso. La experiencia, un maestro o un padre tiene que estar abierto para que lo devoren y aprendan todos los trucos y experiencias. Me gustaría que me tomen en cuenta y luego que hagan sus propias obras, no es una cuestión de ego. Si los actores jóvenes no saben quién fue Alfredo Alcón o Niní Marshall, estamos en problemas. Creo que es importante que se entienda y aprenda de los maestros y no tengo dudas de que yo soy un maestro en comedias musicales.

—Hablando de proyectos y su pasión por el teatro ¿Llegará el momento en que veamos la obra maestra de Pepe Cibrián?

—Yo sinceramente siento, por lo menos hoy, que éste musical (La dama de las rosas) es el que más me representa como actor y dramaturgo. Realmente es sublime, quizás en la próxima te diga lo mismo. Cada vez el hombre, como ser humano, se supera constantemente por eso «Drácula Rock» no tiene nada que ver con «Drácula». Es un gran desafío y estoy muy contento.

—¿Qué es lo mejor que le dejaron sus padres?

—Mi padre básicamente fue el que me marcó la vida. Era un hombre de una ética y dignidad que peleó en la Guerra Civil Española, en el bando de los «republicanos» y se tuvo que exiliar. Mi madre fue una mujer que trabajó desde los cuatro años, ya que era muy pobre, lo contrario a mi padre. Mamá nunca fue a la escuela y aún así se cultivó y preparó; ella fue una estrella muy joven y se conocieron filmando en México. Mamá era muy optimista a pesar de que vivió momentos muy gordos en su vida; eso es sorprendente. Yo sufría horrores cuando le dije a mi padre que era homosexual a los 16 años, pero el me dijo que » se es hombre en la vida y no en la cama». Fue un hombre maravilloso, era un hombre digno.