Por Mario Luzuriaga

Dan Brown es reconocido mundialmente por su best seller «El código Da Vinci», pero antes de eso llegó «Ángeles y demonios», película en la que nos presenta por primera vez al profesor de simbología Robert Langdon, quien es considerado el «Indiana Jones» moderno debido a sus aventuras.

«Inferno» es la cuarta aventura de la saga de libros, al principio se pensó adaptar al cine «El símbolo perdido», pero al ver como este libro (Inferno) se convirtió en el segundo gran best seller después de «El código…» los productores no dudaron llevarla al cine.

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Luego de perder la memoria, Robert Langdon (Tom Hanks) se encuentra internado en un hospital de Florencia y es asistido por la doctora Sienna Brooks (Felicity Jones), pero al ver que iban a eliminarlos deciden escapar. Al llegar al apartamento de Brooks, Langdon descubre que quieren detonar un artefacto biológico y todas las pistas para encontrarlo se centran en la obra de Dante Alghieri «Inferno».

Ron Howard se lo ve muy cómodo al realizar este tipo de películas con mucho suspenso y giros de guión que lo hacen un maestro en su campo y nos mantiene tensos en los asientos. Tom Hanks, como siempre, brilla en su actuación. Langdon es como Woody de «Toy Story», personajes inolvidables y que solo Hanks podría hacerlos funcionar. Lo que puede llegar a cansar en las películas e inclusive en los libros, es que siempre sean las mismas locaciones europeas, ya sea en Francia y principalmente en Italia.

El resto de los personajes no dicen absolutamente nada, son mucho más interesantes en la obra de Brown y el giro de la historia está mejor planteada allí, algo que el guionista David Koepp podría haberlo aprovechado más. En fin, «Inferno» es una película que hace hincapié en la cuestión visual y resulta atrapante. El film revive el género de suspenso al límite. Esperemos ver una nueva aventura de Langdon en un futuro, sea en cine o en un libro.

Calificación: Muy buena