Siendo el cuarto disco que publican en el año, el sello colectivo Planeta X Discos revolvió en sus archivos y lanzó «Grabaciones Encontradas», un registro del llamado Ensamble Modular Gregorio Samsa a partir de lo que fueron tres noches de improvisación, grabadas y mezcladas en tiempo real hace casi 20 años.

2002, precisamente, fue un año que transcurrió bajo la estela de los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001. A la peor crisis imaginable se le había respondido con el mayor momento de creatividad social, política y cultural del que se tenga recuerdo en nuestro país. Eran, en todo sentido, días de intensidad, y Planeta X fue parte de esa constelación.

Luego de diversas intervenciones contraculturales durante la segunda mitad de los 90’ (la edición de una revista de distribución gratuita, la constitución de un sello discográfico independiente, la organización de recitales y eventos) y de constituirse como espacio colectivo en una época en la que el individualismo alcanzó su grado máximo de intensidad, el colectivo logró alquilar un espacio en calle Urquiza, la primera “casa de Planeta X”.

Este lugar fue escenario de innumerables situaciones que intentaban, contra todos los condicionamientos imperantes, construir la trama (afectiva, estética, política) de una vida en común. Fue en ese ‘ambiente facilitador’ que surgió el Ensamble Modular Gregorio Samsa, un nombre colectivo para las confluencias espontáneas de hermanos de PX que, más allá de todo conocimiento previo (en algunos casos, profundo, en otros inexistente) tomaban algunos instrumentos musicales al azar, incluyendo la mesa de mezclas, y ensayaban improvisaciones con destinos sonoros impredecibles.

‘Ensamble’ por la conjunción de elementos heterogéneos (formas de tocar pero, más que nada, modos de escuchar); ‘Modular’ por la composición variable y aleatoria del agrupamiento (cada improvisación podía ser realizada por miembros distintos); y ‘Gregorio Samsa’ en honor al protagonista de La Metamorfosis de Kafka, para ellos un héroe de la mutación.

El registro de la música resultante, tres noches de improvisación grabadas y mezcladas en tiempo real, quedó perdido durante casi 20 años. Hoy retorna como testimonio sonoro, con la intensidad propia de todo momento en el que se haya construido futuro.

Este disco fue grabado y mezclado en Planeta X durante 2002, masterizado por Juani Favre, con arte de tapa por Aníbal Pérez, video por Rodrigo Jávega y texto de presentación por Franco Ingrassia, siendo el disco #124 de la historia de PX.