Por Mario Luzuriaga

Javier Porta Fouz es periodista y además es el director del festival de cine Bafici, que todos los años se celebra en Buenos Aires. Dicho evento tiene sus muestras itinerantes y Rosario siempre es la que inicia toda esta recorrida. El evento se inició el miércoles y trae a la ciudad una gran cantidad de películas que recorrieron el festival durante el pasado mes de abril.

Porta Fouz dialogó con Conclusión acerca de la muestra, como así también opinó sobre la actualidad del cine argentino y la controversia que se generó en diversos festivales de cine, al incluir contenido que proviene de plataformas digitales como Netflix, en competencias oficiales.

—¿Cómo recibís esta nueva edición de Bafici en Rosario?

—Es el primero de los Bafici itinerantes del año, y es muy importante que todo lo que se vio en abril en Buenos Aires se vea en Rosario. Es una cartelera más variada y valiosa, es un evento hermoso.

De las películas que llegan a Rosario, ¿están las premiadas de la última edición?

—Cuando está terminando el Bafici, siempre armamos una lista de ciertas películas para las itinerantes, y obviamente negociamos con los distribuidores para ver si nos dejan pasar el material en varias muestras. A veces pasa que simplemente la quieren estrenar. Por ejemplo tuvimos el caso de la película «Reinos», que tuvo su premiere mundial en Bafici y ganó el premio a la «mejor actuación individual».

—En la última edición de Bafici hubo mucho revuelo por las destituciones en el Incaa y demás. ¿Impactó en el desarrollo normal del festival?

—No se podía evitar. El Bafici no depende del gobierno nacional, como lo es el Incaa, si bien hay relación porque apoya a cualquiera de los festivales que se desarrollan en el país, nuestro sostén es el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. No tenemos injerencia en las decisiones políticas que toma el instituto, el evento fue una caja de resonancia, porque es en el único lugar que se estrenan tantas películas argentinas. En los primeros días fueron complicados, pero no hubo problemas. Todo el que quería leer un comunicado tanto antes como después de las presentaciones lo hacía.

—¿Cómo estás viendo el presente del cine argentino?

—No soy una persona sumamente nacionalista, pero muy probablemente sea el más visto y más variado de Latinoamérica. Es el que más produce, pero veo un gran problema en todo el cine latinoamericano en general, y es que no genera un público que vaya a las salas. Ahora, por suerte, apareció un éxito que fue «Mamá se fue de viaje»; pero eso no te hace una situación de salud para el público. Se estrenan muchas películas muy valiosas, pero que llegan a muy pocas lugares como Rosario o Córdoba. El único lugar donde se pueden aprovechar es en la plataforma «Cine.Ar»; pero no sólo lo veo acá, lo vi también en Colombia. Nunca se produjo una gran cantidad de películas en Latinoamérica, pero no hay público.

—Hablaste de plataformas digitales, hubo dos casos puntuales en los que se estrenaron en festivales dos películas que están producidas para dicho formato. ¿Cuál es tu opinión?

—El año pasado estuve en Toronto y había cuatro películas producidas por Netflix y se dieron allí. Lo que se busca es tener repercusión.

—¿Habría lugar para que una producción de esas características se presente en Bafici? 

—Estamos abiertos a cualquier tipo de evento así. El tema es también ver cuáles son las lógicas y qué hay detrás de un estreno en simultáneo de alguna plataforma. Yo soy el curador de la plataforma «Qubit», que es argentina, y hemos hecho estrenos en simultáneo con las salas de cine, con producciones independientes. En el Bafici no se ha dado el caso porque no tiene el perfil de mega prensa mundial, como pasa en Cannes.

—¿Cuál es tu análisis ante la falta de concurrencia del público al cine? ¿Entradas caras? ¿Nuevas plataformas?

—Es una tendencia mundial, hay una serie de factores. Pero hay un notorio aumento de las películas dobladas, si vos ponés un mapa con colores y analizás que a mayor tasa de ingresos o educación se estrenan más películas subtituladas; y en lo opuesto, crece la cantidad de copias con películas dobladas. Si no mejora la educación y las capacidades del público para ver cine en idioma original, se pierde. Porque es una locura que se pierda la sonoridad de la actuación.

También se pierden de conocer a grandes realizadores de todo el mundo al no encontrar una copia doblada…

—Es una limitación tremenda y ese es uno de los factores que hace que mucha gente que iba al cine, ahora tenga menos oferta de películas diversas. Sumale el tremendo aumento del precio de las entradas que se dio en muchas partes del mundo. La entrada es mucho más cara, porque ahora van a eventos y por dicho evento pagás más. Antes la gente iba al cine, ahora van a ver un evento; ya no se habla de géneros, ahora sólo son marcas. El único que cumple es el terror, pero el 70% que se estrena es horrible, pero vende la noción de género.