Foto: Clara Sorrequieta

Iván Lehmann hace poco cumplió 40 años. Tiene un mellizo, Marcos, que si se lo dice al revés, éste no tiene un mellizo, sino un hermano. Esto no lo sabe Iván y tampoco Marcos, pero uno lo siente más que el otro. Este último podría referirse a Iván que, desde siempre, desde que puede argumentar con imágenes y sonidos su infancia y adolescencia primera, fue rechazado. Impresionado casi hasta la confusión, como en un paisaje de encanto único, él, alguien con un pasado lleno de abusos mentales, con contagios de y por una imaginación que, luego, como legado, como estirpe rígida y disciplinada, hace de ese alguien, él mismo, su nombre y apellido. Nada de esto lo hizo sombrío, ni antes ni después del accidente. Tenía su resplandor. Aún lo tiene. Y sabe que eso es algo inalienable, como un don. O actuar”.

Esta profunda premisa es de la cual parte “Princesa Nazi”, la obra escrita y dirigida por Leonel Giacometto en donde el actor Alexis Muiños Woodward encarna tres cuerpos en un duelo de gemelos.

La misma se estrenó el pasado 2 de julio y tendrá presentaciones todos los sábados de julio y agosto a las 21 en el Centro de Estudios Teatrales (CET, San Juan 842). Para contactos y reservas con descuento, se puede contactar al 3415617050.

«Alexis dijo que hablamos de nuestros daños en ‘Princesa nazi’. Yo no me había dado cuenta. Empezamos desde juntarnos en un teatro, solos, sin texto previo y la primera semana de julio estrenamos en el Centro de Estudios Teatrales. Ambos vivimos momentos muy duros, y no por la pandemia«, contó el director y dramaturgo Giacometto, ganador de un premio ACE a Mejor autor argentino.

En palabras de su autor, “Princesa nazi es vinculante al proceso de creación de Fingido, Real, Latente, Desenmascaramiento, Lo que se pierde, Fuga, Ensamble, y Desmonte. Todos comparten un procedimiento narrativo común, y son el resultado de un cuestionamiento: dar cuenta sobre una postura política frente a la idea de texto y de escena”.

Se puso y se pone en cuestión el problema (si ésa es la palabra) como una tensión que no encuentra una respuesta unívoca. Ensamble es, también, junto con los anteriores, parte de un encuentro creativo para reformular, tanto desde la actuación como desde la dramaturgia y la dirección, un modo más ‘contenedor’ entre las distintas filiaciones e inscripciones que se desarrollan y que construyen todo el teatro que hoy por hoy se hace en Argentina. Este procedimiento viene a cuenta entonces, particular y singularmente, a raíz de ciertas ideas y visiones contrapuestas con respecto a la llamada ‘dramaturgia del actor’ como noción de construcción de sentido de la escena”, completó en su descripción desde lo más técnico y esencial de lo teatral, que atravesó profundamente el proceso creativo de esta obra.

Además del actor Muiños Woodward y el director Giacometto (Premio ACE Mejor autor argentino 2018), participan alrededor de la obra Clara Sorrequieta (fotografías), Pablo Robleda (diseño gráfico) y Lisandro Mazza (producción y asistencia).

Fragmento de la bitácora del proceso de creación de “Princesa Nazi” (octubre 2021 – junio 2022)

13 de abril de 2022. De Leonel Giacometto para Alexis Muiños Woodward: “Ya desde hace dos semanas siento que me quedo con ganas de más, y que podemos darle derecho, y que de un miércoles al otro pasa mucho tiempo. Queramos o no, estamos propensos a darle un marco a todo mientras vamos construyendo historia sobre la base de la misma construcción de los personajes. Y fijate que recién ahora empiezan a aparecen los momentos en que vos logras soltura porque, más o menos, sabes haciendo dónde, a pesar y aunque todo se triplique en posibilidades, vos explota todo lo que quieras los personajes, probando o sacando todo lo que se te ocurra que vaya moldeando lo que de entrada moldeaste: la voz. Después vino la voz adentro y no en off, y ahora esa voz es cuerpo. Entonces llegamos a donde llegamos siempre que hacemos teatro así: no sólo el caos no era caos, sino que la sola idea que «Princesa nazi» tiene el curso que nos va guiando hacia donde hay teatro, sin hacer fuerza para meter dramaturgia, porque eso no es teatro, sino la terca fascinación de muchos directores y actores por hacer decir eso que están haciendo. Al menos, en esto, solitarias manías del talento, sabemos nadar. Y no estaría haciendo esto, ni vos tampoco, si no supiéramos que, como en 2007, la obra ya empezó. Y eso no se escribe”.