Marzo es el mes de la mujer y de la memoria, y la música también se encarga de recordarlo. Rock con Perfume de Mujer vuelve a los escenarios presentando “Cantora”, un homenaje a la inigualable Mercedes Sosa.

​Este viernes 10 de marzo a las 21.30, unas doce artistas se reunirán en la Plataforma Lavardén. Eugenia Craviotto (Mamita Peyote), Mirna Manassero, Adriana Coyle (La Ferroviaria), Soledad Gauna, Mica Racciatti, Dorana Riccardo, Silvia Guiobaldi (Sextetas), Ayelé​n Cristi, Roberta Gallerano, Isabel Puebla y Lorena Bogado, son algunas de ellas.

Mercedes Sosa es  la voz de Latinoamérica. La ceremonia se repite y su voz se espera otra vez y siempre, porque es a través de su canto  que los colores patrios se potencian y recordamos lo que nos queda por hacer para poder festejar. Se definía a sí misma como «cantora» antes que «cantante». Fue una distinción fundamental de la nueva canción latinoamericana, una de las iniciadoras: “Cantante es el que puede y cantor el que debe”.

Por eso mismo, «cantora» es el nombre que lleva este homenaje a Mercedes Sosa, hecho por grandes artistas rosarinas bajo la iniciativa de Rock Con Perfume De Mujer. Este grupo de mujeres proviene de diferentes géneros musicales, pero a todas las une la misma pasión: el canto, y a quienes a la hora de nombrar referente popular único, no dudaron en nombrarla a ella, «La Negra», la voz del pueblo, a la que no en vano Ariel Ramírez  en el ’69 la nombra como «La voz de las Mujeres Argentinas»; a la que persiguieron como a tantos otros, la que nunca fue ajena al compromiso y a la militancia por un mundo justo y equitativo, a la que cachetearon en un escenario  y llevaron junto al público en pleno recital, a la que obligaron a exiliarse. Fue un doble castigo para ella y el pueblo argentino, le prohibieron cantar en un país donde los usurpadores del poder pensaban que callando a la cantora silenciaban a la gente.

“La luna volverá a salir en Tucumán y ella hará tronar las estrofas en su garganta. Su voz sin duda es representativa de nuestra geografía, porque nace como el viento entre los cerros de la puna, pasea descalza por los valles calchaquíes, coquetea su canto en las sierras pampeanas y potencia el sentir patrio junto al paisaje heroico de la Cordillera de los Andes.

Porque todavía lloramos muy abrazados aquellos que te escuchamos cantar como la cigarra con la vuelta de la democracia como símbolo de la resurrección nacional. Porque todavía agitamos tu voz los que te  postulamos desde tu  canto como bandera del furor político latinoamericano. Nos ofreciste  tu corazón, nos diste una razón de vivir, entraste  al pago sin golpear, porque solo se trata de vivir…gracias a la vida.

Hoy se siente que te nos fuiste demasiado pronto porque aún no nos hicimos hermanos de la vida, cada vez son menos los que creen en la locura y la esperanza, porque en esta cintura cósmica es donde aún no nos respetamos o toleramos como debiéramos.

Tu don fue la fuerza para alertar desde el canto, porque siempre hacen falta tus sueños. Porque todo cambia en este mundo pero seguimos con la duda ¿Será  posible sur? Si lográsemos unirnos en pos de nuestra propia independencia y volviéramos a detenernos en vos, en el Jardín de la república para pensarnos.

Te extrañamos vestida de mar para que nos reproches y nos invites a cantar como hermanos, para que nos recuerdes que nuestra piel es la latinoamericana y nos despiertes de ese letargo que nos impide saber que existe un mundo para pensar desde nuestro lugar y para nosotros.

En un país que sintió la cara contra el asfalto y una bota en la nuca; que fue aturdido por el canto de la hinchada; que no conoce de matices sino que gesta especialistas pendulares de la opinión y el derrotero, es sin duda un logro haber llegado hasta acá. Porque no fueron fáciles los 200 años, pero seguimos  pensando que con el Bicentenario algo puede haber cambiado o al menos nacido en algunos.

Ahora en un nuevo siglo los temblores políticos persisten pero sin represión, con la libertad que somos capaces de darnos, y  en  cada conversación, cada beso, cada abrazo  logramos imponer un poco de razón para que quizás podamos cultivar nuestra democracia y seguir construyendo nuestro país.

Hoy los reyes lucen otras coronas, torturan con nuevos métodos y han logrado instaurar su paradigma. Los años pasan y puede ser que algunas discusiones se vayan perdiendo pero debemos recordar el rumbo, animarnos a abrir las venas, entablar el canto latinoamericano, ese de La Negra, siempre todas las voces, todas…”