El humor es necesario en los tiempos que corren y el próximo jueves empieza el ciclo Palabra de humor, en el que estarán presentes exponentes del género.

En esta primera función debuta la marplatense Sole Macchi, quien se hizo conocida por sus videos virales.  Sole dialogó con Conclusión antes de su show en la ciudad.

—¿Cómo te sentis de haber sido convocada por este festival de humor?

—Me siento feliz, no lo puedo creer. Es la segunda vez que voy a Rosario y la verdad es que me fue muy bien. Fui una sola vez haciendo lo que me gusta, que es hacer reír a la gente.

—¿Cuáles fueron tus inicios en el humor?

—Yo hace un año y medio dejé de trabajar en el banco para dedicarme a esto. Antes tenía trabajos tradicionales y el humor lo hacía en reuniones de amigos.  Nunca tuve palanca para trabajar en la tele, no conocía a nadie. Pero como siempre me hacía la graciosa, mis allegados me decían que tenía que ir a la tele porque les gustaba mi trabajo. Un día hice videos y cuando salió el cuarto tuve más de 100 mil visitas en un día dije: «Me viralicé» (risas). La verdad es que no lo pude creer y siempre digo que no dejen de soñar. A mí el reconocimiento me llegó tarde, pero llegó. Todos tenemos que ir detrás de nuestros sueños.

—¿Con qué material te nutrís para hacer humor?

—Con todo, como siempre digo, no tuve una vida ni fácil o  como la de cualquier adolescente. De todo lo malo que pasé trato de buscarle lo bueno. No le copio a nadie, soy muy del conurbano bonaerense y eso siempre me atrajo.

—¿En qué te basaste para crear a tus personajes?

—Yo soy así y hablo así, soy auténtica. Después está mi otro personaje que es Yolanda que dice más barbaridades que yo. Si me quedo con una es Sole Macchi toda la vida. Cuando veo que la están pasando bien me pone feliz porque pongo todo de mi.

—¿Tenés una rutina armada o te permitís improvisar en los lugares que visitas?

—No, siempre voy con mi unipersonal a todos lados.

—Se nota que transmitís buena onda todo el tiempo

—No tuve una vida color de rosa. Sacar una sonrisa a alguien que la está pasando mal, es muy reconfortante. Una chica me escribió que me iba a ver a Rosario desde Venado Tuerto y me gustó muchísimo. Mi viejo nunca se tomó ni un colectivo para verme. Pero aunque hayan pasado cosas malas, siempre pongo lo mejor de mi.