El 30 de enero del 1969 no es una fecha más. Quedará en el recuerdo de la gente y en los registros como la última aparición de The Beatles tocando “en vivo” en la terraza de sus oficinas centrales de sus estudios Apple Records en Londres. Un hito en la historia de la música que es recordado e imitado en diferentes géneros y en todas partes del mundo.

Luego de casi 3 años sin tocar, Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, sin saber que esa presentación en la azotea, sería la final, para sorpresa del público casual, interpretaron canciones como “Get Back”, “Don’t Let Me Down” , “One After 909”, “Dig to Pony” y “I’ve Got a Feeling”.

Muy pocos pudieron vivir en carne propia ese momento icónico que duró alrededor de 42 minutos: algo un poco íntimo, espontáneo y al aire libre, como una declaración de amor a sus seguidores y a ellos mismos. En aquel momento, tocar allí puso en jaque a los conciertos tradicionales y abrió una puerta de creatividad sin límites.

El inesperado show fue una catarsis de las grabaciones del disco que en ese momento se llamaría Get Back. De hecho, el proyecto que nació con el objetivo de volver a unir a los integrantes que cada vez se veían más distanciados por las diferencias. Ese proceso creativo fue registrado por el director Michael Lindsay-Hogg en el documental Let it Be, que se estrenó finalmente en 1970.

“Me gustaría decir gracias en nombre de la banda y espero que hayamos pasado la audición”, se despidió, irónico, John Lennon. La actuación en ese show en vivo fue el final de película del grupo, que se separó un año después.