La suela golpeando el asfalto, el péndulo de una campana impactando contra el metal o el filo de un cuchillo rozando una piedra son escenas incompletas si se piensan mudas, carentes de sonido. Los músicos rosarinos Roque López y Franco De Bonis entendieron que si lo auditivo acompaña a lo visual, se potencia la experiencia sensorial de quien observa. Por este motivo, crearon un laboratorio sonoro llamado “Sea Sound”, donde recrean sonidos y generan nuevas músicas que acompañan y amplían el poder de las imágenes.

Para poder llevar adelante este trabajo, los artistas disponen de un estudio de grabación llamado Elefante –que también funciona como sala de ensayo y espacio de enseñanza- donde cuentan con los equipos y las instalaciones necesarias para recrear sonidos –desde el cantar de un pájaro, el andar de una bicicleta o una hélice en funcionamiento- o generar melodías propias y originales, las cuales muchas veces son compuestas e interpretadas por los músicos.

Si bien el trabajo que ofrece “Sea Sound” es muy requerido para acompañar videos de corta duración que son difundidos en redes sociales, De Bonis y López también produjeron sonidos y melodías para una película europea y actualmente planean relatar la historia de Rosario en un formato audiovisual compuesto por imágenes y música interpretada en vivo.

 

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En diálogo con Conclusión, Roque López, uno de los integrantes de “Sea Sound”, detalló: “Nos dedicamos a la música desde hace mucho tiempo y nos surgieron estas ganas de poder acompañar con sonidos lo que alguien expresa con imágenes. En esta empresa trabajamos principalmente con diseñadores, que elaboran la parte visual con conceptos, a los que nosotros acompañamos y explicamos con música para hacer que una persona pueda sentir aquello que se comunica, porque la música despierta otras sensaciones”.

En tanto, De Bonis –quien es más conocido en la escena artística como Frankie Walker– destacó que actualmente los sonidos originales y personalizados son muy requeridos porque los buscadores virtuales rechazan la reproducción de contenidos que ya estén registrados.

“Para hacer la sonorización captamos los sonidos con micrófonos. Algunas cosas las buscamos en el banco de datos que ya tenemos, con piezas que fuimos creando en este tiempo, pero básicamente es todo original”, ilustró Walker.

Asimismo, López agregó: “Trabajamos con instrumentos reales, como guitarra, bajo o batería, y con sintetizadores, que nos permiten emular sonidos a través de programas. Tenemos controladores, que son pequeños teclados, y a través de ellos y con un programa se pueden conseguir diferentes registros. A veces nos piden que los instrumentos sean reales y a eso no lo podés emular, tenés que tocarlo y grabarlo como se hace en un estudio”.

Al crear melodías los músicos tratan de ejecutar todos los instrumentos que estén a su alcance, pero cuando la situación y las exigencias de los clientes lo requieren convocan a otros artistas –allegados al dúo- para que aporten interpretaciones que refuercen el trabajo sonoro.

 

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Creación sonora: una actividad que se abre camino a pesar de las dificultades

A pesar de que los músicos reconocieron que el desarrollo de un laboratorio sonoro en Latinoamérica es “difícil” dado que la región tiene un bajo nivel de inversión en la materia, aseguraron que este obstáculo sirve como motivación. “Si alguien no propone, nunca se va a fomentar la actividad. Por eso entendemos que con esta empresa podemos despertar interés”, señaló López.

En tanto, Walker manifestó ante Conclusión: “Si bien es muy difícil impulsar un laboratorio de sonido, también empieza a haber más trabajo porque todo lo que se produce es para las redes y en formato audiovisual. Más temprano que tarde va a haber más gente haciéndolo por una cuestión de que los controles de Google no dejan subir material que ya esté registrado”.

Hasta el momento Sea Sound produjo materiales de variada extensión, donde predominan los trabajos de corta duración y pensados para redes sociales, los cuales generalmente son solicitados por empresas del exterior. Dentro del mecanismo de funcionamiento, son los clientes (personas o compañías) los que proponen una idea que es ilustrada por un diseñador, quien lleva estas imágenes hasta López y Walker para que le pongan sonido.

Roque López y Frankie Walker.

“El diseñador se encarga de hacer la parte visual y nosotros trabajamos en función de las imágenes, pero creo que en algún momento la cosa puede cambiar y que primero esté la música”, admitió López.

Y agregó: “Sabemos que esta actividad no está en boga, pero queremos que lo esté, queremos que la música y la imagen no se piensen como algo tan separado, sino que agreguen sentidos para que vayan de la mano”.

Si bien los impulsores de esta empresa disponen de un espacio con las adaptaciones sonoras adecuadas para registrar sus materiales, reconocieron que su trayectoria como músicos fue clave en esta tarea. “No hay un libro que te diga el lugar ideal donde colocar un micrófono, eso es algo que te da la experiencia, cuando ya lo hiciste millones de veces hasta que encontraste el sitio”, manifestaron.

La historia rosarina contada a través de los sonidos

López y Walker planean presentar ante el Gobierno de Santa Fe un proyecto que propone hacer un recorrido por la historia rosarina a través de las imágenes y los sonidos.

“Tenemos ganas de hacer cosas para Rosario porque vemos que esta ciudad tiene mucho para dar, hay mucha producción y queremos que la música despierte sensaciones a través de las imágenes y sea parte de lo cotidiano”, confesó López.

Los músicos explicaron que si bien el proyecto se encuentra en etapa de producción, se piensa para todo público y se estima que durará unos 45 minutos.

“Va a ser algo cronológico pero visual y musical. La idea es presentarlo en diferentes salas de Rosario y hacer ejecución en vivo de sonidos mientras se muestran imágenes”, detallaron, al tiempo que señalaron que el trabajo se centrará en siglo XX, abordando las inmigraciones y la actividad portuaria y ferroviaria de la ciudad.

 

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Por fuera de Sea Sound hay más música

Además de dedicar su tiempo a este laboratorio musical –donde la actividad gruesa suele realizarse los días jueves y viernes- los dos músicos tienen una larga trayectoria artística que los encuentra con diferentes proyectos dentro de Rosario.

Roque López es bajista, músico sesionista, docente, luthier y actualmente forma parte de la banda estable del artista rosarino Pablo Jubany.

Por su parte, Frankie Walker es cantante, guitarrista y miembro de la banda “Falcone”, un grupo de música beat de los 60’s.