Por Florencia Vizzi – 70/30

¿Qué mejor forma que combatir al hartazgo y la incertidumbre que viendo películas? Pues viendo películas en las que la música sea protagonista. No son musicales, ni biopics de músicos famosos, en el estricto sentido que define esos géneros, aunque muchas veces los límites entre unos y otros se borran. Tampoco son documentales sobre grupos musicales de todos los tiempos. Son películas en las que la música es el centro, la música y la relación que las personas establecen con ella y a través de ella, de las miserias de la industria, del precio de la fama y otras yerbas por el estilo.

Vale decir que este género ameritaría varias entregas, porque lo que se ha hecho es mucho y muy bueno, pero vamos poniendo algunas en las gateras y más adelante, nos lanzaremos a una segunda parte. También vale decir que el orden en el que van no implica nada, las primeras no están allí porque sean mejores que las últimas, fue absolutamente aleatorio, subjetivo y muy arbitrario.

1- Alta Fidelidad – (High Fidelity) -2000 – Stephen Frears

No toda comedia romántica es cursi y trillada, sobre todo, si el libro sobre la que está guionada es de Nirck Hornby y la dirige Stephen Frears. Si te gusta la música y sentís una oculta nostalgia por los discos, los verdaderos discos, esas cosas redondas de policloruro de vinilo, sobre los que se tallaban estrías que una púa convertía en música, Alta Fidelidad te va a parecer irresistible, una de esas películas que difícilmente vayas a olvidar.

Rob es el dueño de un negocio de discos, de esos a los que llegan los coleccionistas y fanáticos buscando material inencontrable, y su novia, hastiada de su inmadurez y falta de compromiso, acaba de dejarlo.

Esa ruptura lo pone en crisis y Rob, amante de los “top five”, comienza a elaborar los cinco fracasos amorosos más estrepitosos de su vida mientras trata de recuperar a su chica. El relato de esos fracasos se va entretejiendo con una inolvidable banda sonora y las bizarras situaciones que se viven a diario en una tienda de música manejada por Jack Black, John Cusack y Todd Louiso. Todo eso va regado de profundos debates sobre la “buena” y la “mala” música, impostores y talentosos, compositores, bandas y cantantes y desopilantes personajes como el que compone Tim Robbins, un hippie pacifista que arranca instintos asesinos.

Humor, ironía, autocompasión y mucho sarcasmo sostienen esta gran película que aborda el tópico de la llegada a la madurez, los cambios, la necesidad de aceptar lo que uno ha llegado a ser sin amargarse para siempre en el proceso y el amor, de una forma absolutamente maravillosa.

*Imprescindible

 

2- Casi famosos – (Almoust famous) – 2000- Cameron Crowe

Casi famosos se estrenó casi a la par que Alta Fidelidad, con muy poco tiempo de diferencia y también trata sobre la pasión por la música que sienten sus protagonistas. Pero el abordaje no se le parece ni un poquito, y el resultado tampoco. Y, sin embargo, es difícil poner a una por encima de la otra.  ¿Quién no se ha enamorado de una banda de rock? ¿Quién no ha soñado seguir a su banda favorita a través de una gira y poder compartir toda la locura y los secretos del detrás de escena? ¿Quién no ha llorado las penas del primer amor y el dolor de los primeros desencantos con música de fondo? ¿Y quién no ha fantaseado, aunque se una vez, con trabajar para la Rolling Stone? Y de eso va la película, con un toque de nostalgia por los tiempos pasados y una mirada agridulce, pero a la vez optimista, sobre el fin de la adolescencia y los primeros pasos hacia la adultez, y todas las posibles ilusiones que allí esperan.

William es un adolescente fanático del rock que, con algunos artilugios, consigue realizar el sueño de su vida: que la revista Rolling Stone lo contrate para seguir la gira de la banda Stillwater y escribir las crónicas. En este viaje iniciático estará sostenido por Lester Bangs, un legendario crítico de rock, interpretados por el inolvidable Philip Seymour Hoffman y las llamadas telefónicas de su madre, la magistral Frances Mc Dormand quien, muy contra su voluntad, lo dejó partir.

Durante el viaje, William es testigo de los entretelones, las peleas de egos, el amor por la música, los pequeños enfrentamientos cotidianos, la adrenalina del escenario y la intimidad de la locura. Y en medio de todo eso, también se enamora de la “groupie”, la entonces debutante Kate Hudson, que sólo entrega su corazón al líder de Stillwater. Dosis justas de drama, comedia, melancolía y rock and roll hacen de Casi famosos una película entrañable.

*Imperdible

 

3- Bird- Clint Eastwood – 1989

Aunque muchos puedan describir Bird como una biopic, una obra biográfica, no lo es. Es, en cambio una de las apuestas más arriesgadas de Clint Eastwood y uno de sus proyectos más personales. Charlie Parker fue una de las figuras más geniales, no sólo en la historia del jazz, sino de la música. Sobrellevó esa genialidad al borde de la locura, a fuerzas de drogas y alcohol, que dejaron un cuerpo de 65 en un hombre que falleció a los 34. En su corta vida cambió la historia del jazz para siempre.

Bird es mágica, construida con una compleja narrativa de flashbacks, algo muy inusual para Eastwood, sobre todo en aquellos tiempos, y aborda el ascenso, la caída y el descenso a la oscuridad más absolutas, no desde la literalidad de su legado, sino desde la poética que su música trasunta.

El entonces desconocido Forest Whitaker hace un trabajo descollante e inolvidable interpretando a Parker y el inefable Eastwood dirigió (con la asesoría de la señora Parker) una de sus obras que menos se recuerdan pero que más merecen ser llamada obra maestra.

*Imprescindible

 

4- Piratas del Rock– (The boat that rocked) Richard Curtis -2009

Entre 1966 y 1967 67 el rock and roll explotaba a ambos lados del oceáno. The Beatles, The Rolling Stones, The Who, The Kinks, Jimi Hendrix, The Doors… sin embargo, debido al monopolio de la BBC, las radios sólo podían transmitir 45 minutos de música por día.

Pero, las radios piratas encontraron la vuelta y, amparadas en un conveniente vacío legal, transmitían desde el mar: 24 horas surcando el océano a puro rock and roll.

Sobre esta historia real, Richard Curtis dirige una excelente comedia con el doble atractivo, la banda sonora que estalla de principio a fin y un reparto sin desperdicios, Phillip Seymour Hoffman, el gran Billy Nighy, Nick Frost, sólo por nombrar a algunos de ellos.

De por sí la historia real que se cuenta en la película es sumamente atractiva. Pero a eso hay que sumarle la estética y recreación de época y vestuario, el tratamiento satírico y la ironía descollante del guión, combinado con todo tipo de referencias y homenajes de la cultura y el arte pop. Colorida, divertida, excelentemente actuada y dirigida, una película imperdible.

*Imprescindible

 

5- Amor y piedad (Love and Mercy) – 2014 – Bill Polhad

“Sin Pet Sound, Sgt. Pepper nunca hubiera existido” … Palabras más, palabras menos, esto afirmó Geoge Martin, el productor del mítico Sgt. Pepper’S Lonely Hearts Club Band.

Pet Sound, de los Beach Boys también fue mítico, y significó un quiebre en el sonido que la banda venía produciendo hasta ese momento. Es considerado, además, por muchos, como uno de los discos más influyentes de la historia de la música popular.

Love and Mercy funciona un poco como biopic (pero muy poco) y se adentra en la historia de Brian Wilson, líder de la popularísima banda.

La película tiene dos Brian Wilson, interpretada por Paul Dano y John Cusack en dos tiempos diferentes. Dano es el Wilson de la década del 60, cuando el músico comenzó a padecer ciertas alucinaciones y a escuchar voces en su cabeza provocadas por la traumática relación con su padre. Esas voces y sonidos, ese lento descenso al infierno, terminó plasmado en el genial Pet Sound y en una de las mejores escenas, sino la mejor de toda la película, la grabación del disco en el estudio original. Cusack es el torturado Wilson de la década del 80, prisionero de sus demonios y de un siniestro médico, interpretado magistralmente por Paul Giamatti que lo ahoga, lo droga y lo manipula perversamente hasta que aparece el amor y con él, la salvación.

La película, excelentemente actuada y dirigida, salta entre épocas para reconstruir el retrato de Wilson y de una de las bandas más icónicas de la década del 60. Y es una joya de imprescindible visionado para amantes de la música y el arte.

*Imprescindible

 

6- La fiesta interminable-(24 hour party people) – Michael Winterbottom -2002

Esta película es la receta perfecta con todos los ingredientes: la movida musical inglesa en el período que comenzó a mediados de los 70 y se extendió hasta los 90, desde Sex Pistols hasta Joy Division y su transformación en New Order, el mítico sello Factory, el antológico club The Hacienda, todo unido a través de un hilo conductor, el también mítico Tony Wilson, fundador de ambos sitios, ex periodista, productor musical y gurú cazatalentos entre muchas otras cosas.

A eso hay que sumarle la impecable dirección de Winterbottom, que, a través del formato de falso documental, retrata con desenfreno y un humor brutal, crítico e irónico aquellos años irrepetibles.

*Imperdible

 

7- Backbeat – Iain Softley – 1993

¿Cómo eran los Beatles antes de ser los Beatles? Backbeat se centra en aquellos primeros años, en la aventura iniciática de The Quarrymen, luego Silver Beatles, en Hamburgo, cuando todavía eran cinco y el pintor Stuart Sutcliffe era su bajista.

No todo es estrictamente cierto, pero si es una aproximación al nacimiento de los cuatro de Liverpool y a la historia de amor que Sutcliffe tuvo con la fotógrafa alemana Astrid Kircherr, (quien asesoró al director durante la realización) y que, según la película, lo enfrentó con John Lennon.

Es una película pequeña y bellamente contada, que se aproxima en forma íntima a la relación que unió a Lennon con Sutcliffe y la importancia que tuvo la artista alemana en aquellos momentos tanto para ellos como para la banda que cambió la historia del rock and roll.

*Interesante

 

8- Letras explícitas – (Straight Outta Compton) –F. Gary Gray -2015

“Negros con actitud”. Así podría traducirse N.W.A. (Nigazz with attitude), la banda de hip hop, oriunda de Compton, pionera de lo que luego se denominó “gangsta rap” y sin duda fundamental en el impacto cultural que ese subgénero tuvo en la industria musical y en la sociedad. Y “Straight Outta Compton” fue el álbum debut de la banda que en ese momento integraron DJ Yella, Dr. Dre, Eazy-E, Ice Cube, MC Ren y Arabian Prince.

El film fue producido por Dr. Dre, Ice Cube y la viuda de Easy E. quien murió en 1995, y detrás de cámara estuvo la mano de F. Gary Gray, quien ya había dirigido varios videoclips para algunos ellos.

De entrada, entonces, queda claro desde qué lugar está contada la película, es la voz de los protagonistas de la historia la que se impone. Y esto aporta algunas aristas muy interesantes porque, si bien no deja de ser un relato de ascenso y caída, a través de él uno puede adentrarse en la realidad social del momento, la vida en el “gueto”, como suelen denominarse a los barrios negros en Estados Unidos, la permanente brutalidad policial contra los negros y la condena que impone haber nacido allí.

También está todo lo otro, la voracidad de las discográficas, los manager, representantes, intermediarios y todo lo que rodea a la vampírica industria de la música. Tampoco faltan los excesos, la misoginia, la envidia, el descontrol, los clásicos problemas de ego y el quiebre de la amistad ante el éxito y el dinero.

A pesar de su duración, que se extiende por casi dos horas y media, la fuerza del relato, el ritmo atropellado y visceral y la música, provocan querer seguir viendo más. Y escuchando, sobre todo, escuchando.

*Imperdible

 

9- I’m not there (Todd Heynes)- 2007

¿Cómo aproximarse a la figura de Bob Dylan sin ser engullido por su mito, por su gloria, por su poesía, por su leyenda? ¿Cómo hablar sobre él, escribir sobre él o dirigir sobre él sin parecer un zopenco pretencioso? Sólo un genio como Todd Haynes podía lograrlo, no en el estricto sentido de una biografía, sino más bien a partir de la belleza bucólica de su obra, no en forma directa, sino en una especie de rompecabezas que aproxima la historia de uno de los más grandes mitos del siglo XX, del hombre que cambió la estructura de la música moderna.

Haynes no quería hacer una película sobre un mito, quería tratar de abordar al Dylan real, algo que ni los mejores biógrafos habían logrado. Y la forma que encontró de hacerlo fue acercarse, desde la ficción, a partir de seis diferentes personajes, seis abstracciones, que ejercen de alter ego del gran artista y representan las distintas facetas y etapas de su vida.

Con soberbias interpretaciones y mucha ironía y la indispensable música de Dylan de fondo, Haynes escribe su propia poesía para tratar de rasgar el mito y aproximarse, aunque tan sólo sea un poco, al hombre.

*Imprescindible

 

10- El pianista (The Pianist) – Roman Polanski – 2002

Una de las obras maestras de Polanski.  El director deja retazos de sí en esta película que cuenta la historia de un brillante pianista y compositor judío polaco, Wladyslaw Szpilman, que, tras soportar las humillaciones y el dolor en el gueto de Varsovia, huye y se oculta en las ruinas de la ciudad. Y allí, sólo la música podrá salvarlo.

Pero, ese dejarse a sí mismo en el film, esos detalles y momentos extraídos de las propias memorias y vivencias de su infancia, no lleva al director, en ningún momento, a caer en la cursilería o la autocompasión. Más bien lo contrario, adopta la distancia del observador que ve como la capacidad de destrucción de la raza humana provoca la degradación y el derrumbe del mundo como lo había conocido. Una de sus mejores películas y uno de los mejores trabajos logrados por el protagonista, Adrian Brody hasta ahora.

*Imprescindible

 

Bonus: Esto es Spinal Tap (This is Spinal Tap) – Rob Reiner – 1984

Una joya de culto que ha resistido el paso del tiempo y que, a pesar de los años, reafirma su vigencia. Un falso documental, inspirado en una anécdota auténtica de Black Sabbath, que parodia todos los clichés del rock y se ríe de ellos impiadosamente.

Spinal Tap es una ultrafamosa banda de heavy metal inglés que alcanzó las cumbres más altas y que lucha por mantenerse a flote en plena decadencia. Para conseguirlo, emprenden una desastrosa gira por Estados Unidos en la que esa lucha se mantiene todo el tiempo al borde del naufragio. Junto a ellos viaja un delirante director dispuesto a documentar todo y convertirlo en película.

A pesar de ser una sátira despiadada y delirante, no fueron pocos los músicos que, de una forma u otra, se identificaron con ciertos momentos de la película. Eso afirmó públicamente Jimmy Page en un par de ocasiones, así como Eddie Van Halen aseguró haber vivido todo lo que en la película se contaba… Y no fueron los únicos.

La película funciona por la forma en que su director la sostiene, sin perder en ningún momento la “seriedad de un documental”, con entrevistas a los músicos, material de archivo, fílmico y cinematográfico, que fue cuidadosamente elaborado para darle credibilidad, y la seriedad con la que los actores Christopher Guest y Michael McKean, Harry Shearer adoptan las posturas de divos del rock. Dicho sea de paso, ellos mismos se encargaron de componer toda la música que la supuesta banda toca, muchas de las cuales no están nada mal.

Desopilante, ridícula y atrevida, Spinal Tap no tiene desperdicio.

*Imperdible.