Susana Baca volvió a los escenarios argentinos tras casi cinco años de ausencia. La cantante peruana brindó un brillante recital en Rosario, donde con su bella y reconfortante voz reforzó sus raíces latinoamericanas y volvió a cautivar a su público.

El show comenzó a las 21 en Sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza), y estuvo por el impecable “Cuarteto Karé”.

Esta dama de la música peruana, que lleva consigo más de quinientos conciertos, sus tres premios Grammys, sus condecoraciones y las luces de un cargo político como Ministra de Cultura de Perú, es la heredera, quizás la última de esta leyenda de artistas que cantaron desde el corazón a sus reivindicaciones sociales y desde el alma a sus raíces.

En ella su público encuentra una mujer tan sencilla como encantadora, amiga de la inmensa Chabuca Granda, fue llamada por la autora de «La flor de la canela» como su sucesora.

Grabó junto a Calle 13 la canción “Latinoamérica”, con la brasileña María Rita y la colombiana «Totó» La Momposina y recientemente con Snarky Puppy, el joven colectivo de fusión liderado por el bajista Michael League.

Desde muy niña estuvo rodeada de músicos; su padre era guitarrista, su madre bailarina, sus tías cantaban y sus primos fueron los creadores del grupo Perú Negro. Ellos aportaron la fuerza necesaria que impulsó a Susana a dedicarse de lleno a la música.

Ganó dos becas, una del Instituto de Arte Moderno del Perú y la otra del Instituto Nacional de Cultura Peruana, para investigar las raíces de la tradición musical peruana, además de obtener el Premio de Interpretación y Composición en el primer Festival Internacional de Agua Dulce.

Estudió educación en la Universidad Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta”, en donde se graduó en 1968. Esta misma institución le concedió el 20 de noviembre del 2009, el Doctorado Honoris Causa.

Prima hermana de Caitro Soto (recopilador del clásico “Toro Mata”) Susana, la intérprete de “María Landó”, sigue construyendo sueños y proyectos como el que trabaja con su compañero, el sociólogo boliviano Ricardo Pereira, la primera escuela rural de música, el Museo de la Memoria, dedicado a perennizar el aporte cultural afro, chino y andino en Cañete, su lugar en el mundo.