Se trata de una muestra integrada por 136 obras, muchas de las cuales nunca se expusieron en Alemania -pese a que en el país hay dos museos dedicados a Picasso, uno en Münster y otro en Berlín-, informó la agencia de noticias EFE.

«En Alemania no se conoce suficientemente esa etapa final de la producción del artista. Ni en Alemania ni en buena parte de Europa», comentó el comisario de la muestra, Bernardo Laniado-Romero, quien dirigió los museos Picasso de Barcelona y de Málaga.

La exposición abarca las dos últimas décadas de producción de Picasso, quien trabajó hasta prácticamente su muerte, en 1973, combinadas con fotografías del pintor, en su taller o en su casa del sur de Francia -la villa La Californie-, solo o con su esposa.

Incluye pinturas, dibujos, esculturas y cerámicas, procedentes de la colección de Jacqueline, la mayorías de las cuales han sido cedidas por la hija de esta, Catherine Hutin.
La obra inédita son dos cuadros, siete dibujos y dos esculturas, entre éstas un retrato de Jacqueline de 1954; se exhiben asimismo otras 50 obras solo expuestas anteriormente en algunas ocasiones, explicó la directora del museo.

Se trata de una exposición de obra tardía, que permite sin embargo asistir a sucesivos «retornos» de Picasso a fases pictóricas anteriores, lo que el comisario califica de una suerte de «metamorfosis artística permanente».

El Barberini abrió sus puertas hace dos años y se ha consolidado en este corto lapso como una de las salas de programación más ambiciosa de Potsdam, capital del «Land» de Brandeburgo y con el conjunto monumental del Palacio de Sanssouci como principal foco de atención turística.

La exposición del malagueño, que lleva por título «Picasso. Obra tardía. De la colección de Jacqueline Picasso», estará abierta al público hasta mediados de junio.