Los sueños son pequeñas muertes”… aquella frase, con la que comienza un poema del notable uruguayo Mario Benedetti, es también inicio de “Emboscada”, el nuevo single de Masi García.

Con la pluma del famoso escritor como inspiración, el músico bahiense logró canalizar los sentimientos de una forma metafórica, a través de paisajes propios y ajenos.

A lo largo de esta canción, García desanda los caminos más transitados de su carrera como compositor. “Entregándome a romper mi molde o impronta, es quizás, la obra más ecléctica y libre en cuanto a la sonoridad y a la armonía musical dispuesta”, aseguró el artista.

Para él, una emboscada “metafóricamente significa algo que nos encuentra desprevenidos, puede ser como el ying y el yang, luminoso como oscuro”, por lo que “románticamente, podría interpretarse por un abrazo hermoso desprevenido, desde atrás, desde atrás del alma”.

Además, Masi contó que durante el proceso de producción musical se sintió inspirado directamente por Florencia Ruiz, compositora, cantante y guitarrista argentina con la cual se está capacitando en composición musical y lírica y con cada uno de los participantes de dicho taller.

En cuanto a los elementos sonoros, el compositor describió que “la canción lleva un pulso continuo, emulando un latir, ni triste ni feliz”.

“Es un pulso promedio (80 BPM) viajando desde el intro sobre un paisaje con una especie de sonoridad meditativa y de mediano reposo. Comienza la canción instrumentando la estrofa por un piano y un sonido envolvente y movedizo de fondo (synth pad)”, continuó.

Uno de los grandes detalles está en las voces, que fueron fueron pensadas en tres planos diferentes en la mezcla: una hacia el oído izquierdo; otra proporcional a la inversa, “generando dos diálogos continuos, una más afinada que la otra”; y por último, la tercera, posicionada en el centro, con un efecto de reverberancia profunda, “de sala grande, como cantando desde atrás del alma”.

A esto se le mezclan intervenciones puntuales de guitarra eléctrica, dándole peso distorsionado agridulce, y otro instrumento que aparece en la introducción es un tank drum, que se repite en el outro de la canción, “como para volver «casi» al comienzo y terminar en un climax de relajación, de vaciarse de culpas”.

La canción fue grabada, mezclada y masterizada en el estudio del músico, “Un disco nace”, durante octubre de este año, y el arte de tapa también corrió por cuenta de él, diseñado posteriormente a la música: “parafraseando al Tao, a mi amor por el arte japonés y a las tres estrellitas que son mis hijas (Paloma, Antonia y Margarita)”.