Por Mario Luzuriaga

Hollywood parece haberle agarrado el gusto de hacer películas en formato «universo», en el que conviven distintos personajes en ese mundo.

Pero no significa que si a un estudio le va bien en este negocio, le vaya bien a todos. Universal tomó sus clásicos monstruos para poder hacerlos convivir en esto que llaman «Universo Oscuro» o «Dark Universe». Pero no todo lo que brilla es oro y tampoco Tom Cruise pudo salvar a esta película.

La historia cuenta que una princesa Ahmanet (Sofía Boutella) con ansias de poder mata a su padre y hace un pacto con el dios egipcio de la muerte, Seth, para así gobernar. Pero todo sale mal y es momificada viva por muchos años.

En la actualidad, el sargento Nick Morton (Tom Cruise), que está combatiendo al terrorismo en Irak, encuentra el sarcófago de esta princesa y es llevada hacia Inglaterra junto con la arqueóloga Jenny Halsey para ser estudiada.

Pero todo sale mal y la maldición de la momia cae en Morton y la princesa egipcia hará lo imposible para poder desplegar todo su poder y revivir al dios de la muerte.

La película no toma absolutamente nada de los clásicos, sólo sus nombres, para mostrar este mundo en el que los monstruos y dioses van a convivir de una manera innecesaria. Y su punto en común será el Dr. Henry Jekyll interpretado por Russell Crowe.

Es una película que va desde la aventura y el misterio, que se resuelve predeciblemente y con un final por demás de innecesario.

Sobrado también fue involucrar al Dr. Jekyll en esta situación y gastar los cartuchos de un personaje que puede tener una película propia tranquilamente y no caer aquí, pero esperemos qué es lo que sucederá con los próximos filmes.

Si esta película es el inicio de un universo, fue un inicio pobre, sin gracia, ya visto y que no tiene grandes oportunidades de enganchar al público.

Calificación: Mala.