Con el espíritu de la fanfarria ambulante, Una  Cimarrona supo construir una identidad propia, y a la vez, colectiva, íntimamente ligada a la ciudad, pero imbuída, a la vez,  de ritmos gitanos y circenses, propios de escenarios lejanos, Rumania, Macedonia, Pakistán.

Vientos, percusión, un poco de batería y un toque de violín, son los ingredientes con los que esta banda, a veces más numerosa, lleva más de diez años formando parte del paisaje urbano de Rosario y haciendo bailar a sus habitantes y visitantes desde los más diversos rincones de la peatonal, de la costa, y de tanto en tanto, de los barrios.

Escucharlos es una fiesta, a mitad de camino entre las fanfarrias medievales y la No Smoking Orchestra de Emir Kusturica, Una cimarrona, con su alma callejera y ambulante, rebozante de un tipo de alegría festivalera y a la vez nostálgica, invita a bailar cada vez que suena.

Y eso es lo que ocurrirá, sin ninguna duda, este miércoles, en el Distrito 7, (Ov. Lagos 790) cuando la orquesta, que se presenta en el ciclo: Los Acústicos de Schneider, vuelva al ruedo, y todo el público presente haga arder el suelo a puro baile.

Una cimarrona se presenta este miércoles 14, a las 21 (puntual) en Distrito 7, (Ov.Lagos 790).

Entradas anticipadas en RosarioRock (Santa Fe 1190) y Distrito 7