El dicho popular dice: «Cada casa es un mundo», y vaya que mundo es el que habita en una estancia llamada «La Quietud».

Pablo Trapero dirige esta historia luego de haber retratado la vida de otra familia particular como lo fue el Clan Puccio. Ahora las riendas la toma una madre muy especial con dos hijas con historias fuertes.

El escribano Montemayor sufre un ACV en medio de una indagatoria y su hija Mía (Martina Gusmán) se ve preocupado por su salud. Es por esto que su hermana Eugenia (Bérenice Bejo) vuelve de Francia para acompañar a su hermana y a Esmeralda (Graciela Borges) su obsecuente madre. Pero este regreso causa grandes inquietudes, triángulos amorosos y secretos que se revelarán a lo largo del filme.

El cine de Trapero, en su mayoría, tiene una gran carga social. Los ejemplos claros están en «Elefante Blanco», «El Bonaerense», «Mundo Grúa», «Leonera», entre otros; y aquí creemos en un momento que se despega pero no puede con su genio. Puede que la película intente ser retorcida para llegar a su objetivo, al tener dos puntas de conflicto, pero aún así lo logra.

Te puede interesar: Martina Gusmán y Pablo Trapero juntos en Rosario

Con respecto al tema social, Trapero no puede con su genio y mete una subtrama que tiene que ver con el papel civil de la dictadura militar, pero también en relaciones personales muy profundas de las personas de la alta sociedad.

Sin dudas la gran estrella de esta película es Graciela Borges que interpreta a una madre posesiva y dominante que valora a una sola de sus hijas. Un gran acierto de haber puesto a esta mujer que ha trabajado con los más grandes directores cinematográficos del país. Martina Gusmán también parece dejar de lado al sufrimiento que viven todos sus personajes, para poder hacer un cambio de rol.

Bérenice Bejo si no la conocen, es reconocida por su actuación en la película ganadora del Oscar, llamada «El Artista»; aquí es el personaje clave y pintoresco de esta historia. Sin ahondar más, la película es un poco retorcida y hecha para el seguidor de este cine, pero vale la pena abrir un poco la mente y dar una oportunidad para poder ver un cine diferente.

Calificación: Buena.