Por Federico Morel

Tarea Fina, banda homenaje a Los Redondos de Ricota, llega a Vorterix Rosario este sábado 14 a partir de las 23.30, para sacar a relucir los mejores temas de un repertorio lleno de mística e historia.

La noche contará con la participación estelar del histórico baterista de Patricio Rey, Walter Sidotti, quien estará tocando los temas más conocidos del repertorio de Los Redondos, que sonarán presentes en el show.

Entre 1987 y 2001, coincidiendo con la etapa de crecimiento y canonización de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota como gran símbolo popular del rock argentino, Sidotti ocupó uno de los lugares más codiciados y respetados de la música nacional: la batería.

En la previa al recital del sábado, Conclusión entrevistó al icónico baterista y le preguntó sobre las sensaciones de volver a hacer los temas de Los Redondos, de llegar a Rosario una vez más y sobre las pocas posibilidades de que el sueño rockero popular se cumpla y que Los Redondos se vuelvan a juntar.

– Me imagino que estás contento de subirte al escenario con Tarea Fina en Rosario.

Volver a Rosario es siempre copado. Hace mucho tiempo fuimos con Los Redondos y siempre la pasamos bien. Ahora volver con este formato para traer los discos y los temas de Los Redondos a la vida para mí es lo mejor que te puede pasar. Muy contento por todos lados.

– ¿Te sentís parte de la cultura ricotera?

– Se formó parte de la cultura. Cuando nosotros empezamos a hacer los temas éramos una banda de rock que nos gustaba tocar y hacer canciones sin tanta cosa, pero se armó una movida bastante interesante. La gente hace como propio los temas, con su propio significado. Es una cosa especial lo que ha pasado con Los Redondos. Ahora volver a tocar, volver al show, volver al ruedo.

– ¿Disfrutás de tocar con los pibes de Tarea Fina?

– La banda toca temas de Los Redondos y algunos del Indio, también uno de Skay. Y yo hago una parte con ellos donde tocamos los temas más conocidos de Los Redondos, más fervientes, en realidad son todos conocidos, es difícil elegir. La banda responde bien a todo, se sabe los temas, hacen bien las cosas. Los pibes son del palo, hacen las cosas de una manera muy respetuosa. Yo busque que los chicos respeten los temas, respeten la banda y lo hagan con amor. Me han invitado otros grupos, pero al final me quede con estos muchachos como invitado eterno. Los chicos suenan re bien, se preocupan, le ponen todo. Instrumentos, equipos, le ponen su pasión, no es una berretada, una cosa que tocamos y nos vamos. Lo que tiene Tarea Fina es un cantante muy bueno que no para. Canta todo bien, se sabe todas las letras. Por eso tocan bien, los pibes se preocupan. Por eso estoy con ellos.

– ¿Cómo vivís el agite de la gente en cada recital?

– A mí me tocó, cuando empezó Los Redondos, que al principio venía poca gente, pero después cuando empezó a venir más, yo empecé a acompañar los cantos de la gente, siguiendo con el bombo a un montón de personas en un estadio cantando fervorosamente. Antes no existía eso, la gente que iba a ver rock eran todos intelectuales. Después vino un poquito más picante la cosa. Después se hizo masivo y eran miles los que bailaban, cantaban, saltaban y yo iba tocando el bombo y el tamborcito como en una comparsa. La verdad que eso fue divino. Nos tocó un poco estar en el nacimiento de esa movida. Me acuerdo que la gente cantaba todo el tiempo, todas las canciones en el show, cuando llegaban y cuando se iban, estaban ocho horas cantando.

– Walter, ¿sos consciente que formás parte de la historia del rock argentino?

Consciente, lo que se dice consciente, no soy. Sí me di cuenta que todo esto, más que nada las letras, quedaron en la gente. Las letras fueron carburando y al mensaje la gente lo fue tomando para abrir puertas hacia la libertad, mostrar un camino. Por suerte estuve en un grupo que el cantante hacia unas letras bárbaras como el Indio. Siempre cantando a la libertad, la imaginación y la liberación de la mente. Soy un afortunado de haber vivido ese momento.

– Se puede decir que estás agradecido…

La palabra sería soy un agradecido, no afortunado. Porque no es que tuvimos suerte o fortuna. Uno trabajó para llegar a donde llegamos, nos rompimos el lomo. Ahora miro los recitales de Los Redondos y me doy cuenta que dejé el alma en cada show. Dejé la humanidad en los recitales, ahora me estoy curando con kinesiólogos, pero seguimos dando pelea.

– Viene la pregunta de rigor ¿creés que se vuelvan a juntar?

La pensamos, pero es difícil. El Indio esta con problemas de salud. Pero después hay otra cosa. Tendrían que arreglar un poquito las cosas entre el Indio y Skay. Ahí quizás podríamos llegar a tocar, pero esta complicada la situación. Ganas no faltan, pero es complejo.

– ¿Hablás con el Indio?

– Hace mucho que no hablamos, pero está todo bien. En el último show me dedicó un tema, El capitán Buscapina, y mis amigos me llamaron para avisarme. Siempre va a estar todo bien, las puertas están abiertas para él y su familia.

– ¿Seguís disfrutando como antes subirte a tocar?

– Cuando subís al escenario te cambia todo. Se te van los dolores, cambia la energía. Eso te lo da la gente. Te sacan el animal oculto los muchachos.