El conocido cineasta estadounidense Woody Allen debuta en el templo de la lírica italiana, la Scala de Milán, como director de la ópera “Gianni Schicci” de Giacomo Puccini, una versión muy personal pese a que su imagen se ha empeñado por antiguas acusaciones de abuso sexual.

La obra será presentada del 6 al 19 de julio y ya la había montado en Los Àngeles en el 2008.

Para esta ocasión Allen contó con los estudiantes de la Academia de la Scala, el barítono italiano Ambrogio Maestri y el director de orquesta húngaro Adam Fischer.

«Tenía curiosidad por ver cómo (los estudiantes) iban a manejar las dificultades para interpretar una ópera cómica. Quedé impresionado”, contó el director de cine, 83 años, en una conferencia de prensa celebrada Milán y dedicada sólo al tema de la ópera.

«Hicieron un trabajo increíble, interpretaron la ópera exactamente como yo la quería y como Puccini la había pensado”, aseguró.

Woody Allen contó que fue contactado por Plácido Domingo para que montara la ópera, pero que le tomó diez años al barítono convencerlo.

«No sabía si tenía la capacidad para dirigir algo así, había hecho cine y un poco de teatro”, confesó el director de filmes como “Manhattan” y “Annie Hall”.

El cineasta reconoció que sus películas fueron siempre bien recibidas en Europa, particularmente en Francia e Italia, y menos en Estados Unidos, tal vez porque fue siempre un fanático de las películas europeas y ha habido siempre una influencia recíproca.