El jueves se estrenó «Sangre blanca» de Bárbara Sarasola Day. La historia cuenta la vida de Martina y Manuel, una joven pareja que se encuentra en la frontera que une a Salta y Bolivia. Ellos son «mulas», pero algo sale mal y Martina decide pedirle ayuda a su padre que nunca estuvo presente en su vida.

La realizadora dialogó con Conclusión acerca  de la película, su creación y la elección de sus protagonistas.

—¿Cómo se te ocurrió filmar esta historia?

—Desde que hice mi primer película me quedé con ganas de trabajar con algo más de suspenso. Entonces decidí a hacer algo más extremo y meterme en el género del thriller. Además tenía muchas ganas de filmar en la frontera, viajo mucho y la frontera es uno de los lugares de transito pero nunca de destino final. Decidí instalarme en una frontera y me acorde de la que está en Salvador Maza con Yacuiba, la zona del Chaco-salteño me encanta y me parece muy singular. Entonces empecé a juntar noticias de lo que pasaba en ese lugar.

—También pasan cosas en la frontera.

—Si pasan muchas cosas y, sobretodo, cada vez que publican noticias de allí son sobre el narcotráfico y con las mulas. Me llamó la atención y fui a escribir, y ya tenía una idea de esta relación padre e hija corrida de lugar.

—En esa escritura en la frontera se te ocurrieron los personajes de Alejandro Awada y Eva de Dominici

—Ahí se empezó a armar todo y empezamos a definir el elenco. Siempre quise trabajar con Alejandro Awada, lo admiro muchísimo y siempre quise que fuera él. Eva (de Dominici) su personaje era más difícil de encontrar. No lo tenía tan claro, pero la vi en «La fragilidad de los cuerpos» y en «Sangre en la boca». Me llamó mucho la atención, no sólo por su belleza, sino que había algo en ella muy interesante que le iba a traer algo desde su voz y movimiento. Al final nos encontramos y pude ver su sensibilidad y entusiasmo y fue un lujo.

—¿Cómo fue filmar en la frontera?

—La frontera es otra cosa, fue una experiencia de vida para el equipo y para el elenco. Nadie se queda en la frontera, no mandas postales desde ese lugar, uno pasa por ahí. La gente que vive allí es la que tiene un comercio fronterizo, pero es un lugar que uno tiende a huirle. Es una zona de mucha diversidad cultural, con muchos pueblos originarios, en Salta se habla con casi 12 lenguas y en la frontera es donde más se manifiesta. La gente nos recibió de la mejor manera y trabajaron como extras en la película.

—Siguiendo con el cine ¿Cómo ves la actualidad del cine nacional?

—Hoy en día en cuanto a las películas ha llegado a un nivel de excelencia. Hace años que varias películas argentinas están participando de algún que otro festival internacional. El público ya se reconcilió con el cine argentino y lo acompaña, creo que eso es gracias a una política de fomento y estímulo. Eso es lo que tenemos que defender con uñas y dientes porque ha estado un poco trabada la cosa, y el cine es una actividad que es una gran generadora de puestos de trabajo.