Un encuentro que involucró con fuertes acusaciones a varios sacerdotes de Pensilvania. También, Monseñor Vigano hizo un descargo hacia Francisco por haber ignorado la situación.
Entre las ocho personas se encontraba una víctima, que quiere permanecer anónima, del sacerdote católico Tony Walsh, que abusó de niños durante dos décadas antes de ser encarcelado.
Lo hicieron a través de una carta y aseguraron su "compromiso" para que "se asegure la protección de menores y adultos en situación de vulnerabilidad".
El papa se refirió al informe en el cual se describía la experiencia vivida por alrededor de mil personas que fueron víctimas de abusos sexuales desde hace unos setenta años. Dijo que a pesar de pedir perdón, ello “nunca será suficiente”.
Francisco "ordenó su suspensión de cualquier ministerio público, con la obligación de permanecer en una casa, que todavía debe serle indicada, para llevar una vida de oración y penitencia".
Francisco dispuso el envío de nuevo a Chile del arzobispo maltés Charles Scicluna y del sacerdote español Jordi Bertomeu a la ciudad donde estalló el escándalo por abusos sexuales de menores dentro de la Iglesia.
Así lo expresaron los representantes a través de un comunicado y luego de que salga una sentencia condenatoria contra el actor de color.
Se trata de tres víctimas de abusos sexuales cometidos por el cura Fernando Karadima, tras haber reconocido que se había equivocado al valorar el caso.
El ex juez de la Corte Suprema de Justicia manifestó que "no se puede generalizar", haciendo referencia a la libertad de la que gozaba el presunto asesino de la joven Micaela García, quien ya había cometido abusos sexuales.
Así lo consignó en una misiva escrita el pasado 25 de diciembre a los Obispos y divulgada hoy por el Vaticano. "Personas que tenían a su cargo el cuidado de esos pequeños han destrozado su dignidad. Esto lo lamentamos profundamente y pedimos perdón" afirmó.
Mañana se estrena en Buenos Aires, y en breve llegará a los cines de la ciudad, En primera plana, la historia de Spotlight, el equipo de periodistas que investigó una compleja red de complicidades para encubrir los casos de abusos sexuales por parte de miembros de la iglesia católica.
Así lo reveló un trabajo estadístico de una ONG especializada en la temática. Además, el informe indica que sólo uno de los casos termina con una condena contra el agresor.