Ninguno de los grupos islamistas que operan en esa parte del país reivindicó el atentado, que ocurrió el lunes durante las oraciones vespertinas en la ciudad capital de provincia, cerca de zonas fronterizas con Afganistán donde ha crecido la militancia extremista.
En diciembre pasado, el Ministerio de Educación afgano impidió la entrada a clase a las mujeres que ya estaban estudiando, y prohibió a las organizaciones tomar personal femenino.
Las muertes se produjeron por inundaciones, incendios y fugas de gas de las estufas que las familias usan para calentar sus viviendas, dijo en un comunicado Abdul Rahman Zahid, un alto funcionario afgano.
El hecho, en el que también resultaron heridas ocho personas, se produjo a primera hora de la mañana de hoy, en la entrada de una base aérea militar.
Con la guerra en Ucrania como principal foco de atención, el año tuvo diversos acontecimientos a nivel global. Las consecuencias al conflicto bélico se hicieron sentir en Europa, y Sudamérica también tuvo un calendario movido, con elecciones de nuevos mandatarios en la región.
La ONU, Estados Unidos y la Unión Europea deploraron la decisión del gobernante movimiento islamista talibán, que había prometido tolerancia al retomar el poder en Afganistán en 2021.
La medida se sustentó en las qisas representan un principio islámico similar a la ley del talión, el antiguo principio jurídico de justicia retributiva que consiste en hacer sufrir al delincuente un daño igual al que causó.
En la provincia se ubica uno de los principales puertos secos del país en la ciudad de Hairatan, cerca de la frontera con Uzbekistán, que contiene enlaces ferroviarios y por carretera con Asia Central.
El atacante se inmoló cerca de la entrada de la sección consular de la Embajada. El portavoz del Kremlin calificó el suceso como “un atentado terrorista inaceptable”.
Nadie se atribuyó el ataque en el que también falleció el hermano del pastor y donde 23 personas resultaron heridas. El autor se inmoló y murió en el acto junto con las otras personas.
A un año de la toma de Kabul, los cristianos que viven en Afganistán se encuentran en una situación desesperante. Luego de la retirada de Estados Unidos en el lugar, los creyentes en Cristo se ven obligados a esconderse.
Ningún grupo se atribuyó el atentado del miércoles por la noche, el más reciente de una serie de ataques que han sacudido Afganistán desde que el movimiento islamista talibán retomó el Gobierno del país, hace un año.