Después de que la segunda ciudad de Siria quedara divida en 2012 en una zona oeste, controlada por el régimen, y otra este, en manos de los rebeldes, Rasha y sus padres se mudaron varias veces a causa de la violencia.
Más de 500 civiles lograron salir hoy de los barrios asediados del este de la ciudad septentrional siria de Alepo y entrar en zonas controladas por las fuerzas leales al régimen sirio, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
En los combates murieron al menos cuatro rebeldes cuando se desplazaban a bordo de un vehículo que recibió el impacto de un bombardeo aéreo.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, dijo que era "urgente reaccionar" después de que el régimen de Bashar Al Asad lanzara hace más de una semana una gran ofensiva para reconquistar Alepo-Este.
"Hemos visto imágenes de niños tratados por síntomas de asfixia en el este de Alepo. El hospital Al Bayan es bombardeado y las madres llevan a sus hijos al sótano mientras niños enfermos son sacados de las incubadoras para ser llevados a un lugar seguro", añadió Cappelaere.
En el cuarto día consecutivo de bombardeos contra la parte de la ciudad controlada por los insurgentes, el régimen de Bashar al Asad atacó varios barrios en manos de los rebeldes.
La ciudad -la mayor del país antes del conflicto- está dividida en dos: la occidental está controlada por el Ejército y la oriental -sitiada por el Ejército- por grupos opositores y militantes islamistas.
Más de 250.000 personas viven en esos barrios, a los que no llega ayuda humanitaria desde julio y donde escasean los alimentos, según la ONU.
"Todos los corredores humanitarios creados anteriormente van a seguir funcionando para la salida de civiles y combatientes", afirmó el general Valeri Guerasimov. La decisión se tomó de forma conjunta con las autoridades sirias.
El presidente ruso, Vladímir Putin, admitió que los acuerdos con su colega estadounidense, Barack Obama, para el arreglo del conflicto en Siria no han funcionado, de lo que culpó a ciertos sectores en EEUU.
Este suceso se produce después de que ayer al menos 28 personas (22 niños y seis maestros) murieran en bombardeo, atribuido a los rusos, contra un colegio en el pueblo de Has, en la provincia septentrional siria de Idleb.
Desde que Rusia anunciara la pausa humanitaria, el presidente ruso, Vladímir Putin, prolongó en dos ocasiones el cese de los bombardeos de su Fuerza Aérea para abrir un corredor humanitario en la ciudad siria asediada.