Una encuesta de la Federación de Pequeñas Empresas del Reino Unido advierte sobre la alarmante situación que recorre al sector y revela que la cantidad de empresas que se encuentran al borde del colapso es la más alta desde la crisis bancaria de 2008.
Dos días después de que se concretara finalmente la salida del Reino Unido de la UE, la primera ministra ratificó su voluntad de celebrar otro referendo sobre el tema.
La situación fronteriza había quedada exceptuada en el acuerdo comercial y de movimiento de personas firmado entre Reino Unido y la UE esta semana, lo que implicaba que a partir de mañana se iban a restablecer controles.
El tratado, que entrará en vigor el 31 de diciembre a la medianoche, fue alcanzado el 24 de diciembre pasado, una semana antes del fin del plazo que las partes se habían dado luego de que el Reino Unido salió de la organización continental en enero pasado.
El funcionario expresó que esto debe interpretarse como "una señal más de respaldo de los países que hasta el momento menos se habían definido sobre el tema", aunque admitió que "no cambia la historia".
El pacto finalmente será menos ambicioso de lo que la UE aspiraba, pero permitirá una relación comercial sin cuotas ni tarifas a condición de que Londres asuma reglas igualitarias en materia de competencia y otras salvaguardas.
Si bien en términos macroeconómicos, para el Reino Unido la relevancia de la pesca es ínfima, ya que representa el 0,12% de su Producto Bruto Interno, la importancia política es enorme ya que las comunidades que se benefician de esta industria están concentradas geográficamente en las zonas costeras y pueden modificar el peso electoral en grandes ciudades y áreas.
La Oficina Nacional de Auditoría británica consideró que los comerciantes no están listos para los controles en las fronteras y que queda poco tiempo para que los puertos prueben los nuevos sistemas informáticos.
La iniciativa, impulsada por el Gobierno del primer ministro Boris Johnson y que ya obtuvo el visto bueno de la Cámara de los Comunes, desecharía los pactos comerciales sobre la frontera entre las dos Irlandas firmados con Bruselas a principios de este año durante las negociaciones de la salida del bloque.
La apretada agenda de la reunión de dos días en Bruselas incluye temas tales como la acción contra la pandemia del nuevo coronavirus o el presupuesto general del bloque, pero la cuestión de las negociaciones con Londres ocupan un lugar central y casi excluyente.
La disputa complica enormemente las posibilidades de que el Reino Unido y la UE alcancen un acuerdo de libre comercio antes del plazo de fin de año que se dieron cuando el país abandonó el bloque, el 31 de enero pasado.
Un grupo de diputados del Partido Conservador le señalaron al primer ministro británico sus controversias en lo que hace a los pactos comerciales entre las dos Irlanda. El legislador Lord Howard de Lympne indicó que ello daña la "reputación de probidad" británica y al "estado de derecho".