Además, una familia conformada por dos adultos y dos menores necesitó percibir ingresos por $17.353,25 para no caer en la indigencia, segín informó el Indec.
En diciembre de 2019, el 52,3% de las personas de 0 a 14 años eran pobres, según informó el Indec. En tanto, se teme un aumento de ese indicador a partir de marzo por el impacto del coronavirus en la economía.
Según datos del Indec, en el mes de febrero una “familia tipo” necesitó $40.789,67 para no caer en la línea de pobreza.
Una familia compuesta por dos adultos y dos menores necesitó en enero un ingreso mínimo de $40.373 para no ser pobre y de $16.478 para no caer debajo de la línea de indigencia, según informó el Indec.
Tanto la Canasta Básica como la Alimentaria aumentaron un 52,8% durante el 2019, ubicándose así un punto porcentual por debajo de la inflación, que fue del 53,8%.
Ambas canastas, la total y la básica, aumentaron por encima de la variación de precios minoristas que alcanzó el 4,3%, según el Indice de Precios al Consumidor (IPC). Para no ser pobre, una familia necesitó más de $37.596.
El 32,1% de los hogares y el 40,8% de los argentinos se encuentran por debajo de la línea al cierre del tercer trimestre del año, con un 6,5% de hogares y un 8,9% de ciudadanos en la indigencia.
Al participar del 55º Coloquio de IDEA en Mar del Plata, el director del Observatorio de la UCA hizo un llamado a los empresarios a "ser valientes y también solidarios con ese tercio de la población que está en la pobreza".
Así lo aseguró el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda que también advirtió que el promedio de ingresos necesario para salir de esa condición llega al 117,8% de un salario mínimo.
Los datos del primer semestre de 2019 muestran que la pobreza monetaria alcanza al 28,5% de la población en la Patagonia, el 34,7% en la región Pampeana, el 35% en Cuyo, el 39,9% en el NOA y el 42,4% en el NEA.
En conferencia de prensa en la sede de su cartera junto al ministro de Producción, Dante Sica, Stanley dijo que el Gobierno "trabaja constantemente en los barrios para atender" las necesidades de las familias más humildes.
En ese rango de edad también subió fuerte la indigencia, que pasó de 8% a 13,1%. La mayoría de esos chicos viven en hogares sostenidos por desocupados, trabajadores formales e informales precarios, subocupados y cuentapropistas.