Según la organización, los muertos se encontraban “entre las al menos 35 personas, incluyendo mujeres y niños, que fueron ultimados el viernes 24 de diciembre por el ejército del país asiático.
La organización madre de los trabajadores argentinos organizados reivindicó haber sido “la vanguardia, junto con otros actores sociales, de un camino que culminó con la recuperación de la vida democrática”.
La penas corresponden a los cargos de incitación a la disidencia en contra del gobierno de facto e incumplir las restricciones anticovid. Amnistía Internacional condenó la decisión del tribunal justificada en “falsas acusaciones”.
Hasta el viernes, los militares se reunirán con líderes de partidos políticos y confesiones religiosas, representantes de la sociedad civil, diplomáticos extranjeros, dirigentes de compañías mineras o sindicatos.
Los combates han estallado a diario en el norte de la ex Birmania, en territorio controlado por la Organización por la Independencia de Kachín, que representa a la minoría kachín, y en el este del país con la Unión Nacional de Karen, que representa a la etnia karen.
Centenares de miles de ciudadanos salen casi a diario a las calles para reclamar la liberación de Aung San Suu Kyi, la ex jefa de hecho del Gobierno civil y de la restauración de la democracia.
Esta vez, la condena surgió del G7 que se suma a las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. Señalaron que “usar munición real contra gente desarmada es inaceptable”. La junta amenazó este domingo con usar la fuerza letal para acabar con la “anarquía”.
Según un comunicado leído en la televisión pública de ese país, “los manifestantes están incitando a la gente, sobre todo a los adolescentes y jóvenes exaltados a lanzarse sobre la vía de la confrontación.
Los militares que tomaron el poder en Myanmar publicaron una lista con los activistas más famosos del país, a quienes buscan por promover las protestas, y advirtieron que aquellos que los alberguen “se enfrentarán a medidas de acuerdo con la ley”.
Pese a que la junta militar aumenta las amenazas, la represión y los arrestos de los opositores. cientos de miles de birmanos exigieron la liberación de los detenidos, el fin de la dictadura y la abolición de la Constitución de 2008, muy favorable al ejército. Aún así,
La ola de arrestos lanzada por el gobierno de facto tiene por objetivo sofocar la ola de protestas que transita por el sexto día. Desde que se produjo el golpe, unas 220 personas fueron arrestadas, incluidas las 20 que después fueron liberadas.