Tras encabezar durante 17 meses una amplia coalición con casi todos los partidos con representación parlamentaria, Draghi renunció este jueves tras comprobar que "la mayoría de unidad nacional que ha apoyado a este Gobierno desde su creación ya no existe".
El proyecto de medidas sociales y económicas, que esta semana obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, es rechazado por el Movimiento Cinco Estrellas, que se retiró del recinto durante la votación, según adelantó el líder de la fuerza y ex premier Giuseppe Conte a última hora del miércoles.
El panorama más complicado para el Ejecutivo que conduce Mario Draghi se dará el jueves en el Senado, donde el voto de confianza y el texto del decreto-ley deben votarse al mismo tiempo, por lo que un rechazo directo del Cinco Estrellas puede llegar a dañar la continuidad del Gobierno.
Sondeos han mostrado un creciente descreimiento entre los italianos respecto de la afirmación del Gobierno de Draghi que dar armas a Ucrania llevará a la paz porque le permitirá derrotar a Rusia, en medio del descontrolado aumento de precios de los combustibles y los alimentos que están provocando la guerra.
Mientras el referente de la derechista Liga, Matteo Salvini, consideró que junto al primer ministro están trabajando en un Gobierno de reconstrucción nacional, Lia Quartapelle del Partido Democrático aseguró que “no sería correcto que deje su cargo en pocos meses”.
Debido a que es posible la conformación de un grupo nacionalista en el Parlamento continental, impulsado por el primer ministro húngaro, Viktor Obran, el Partido Democrático Italiano de sesgo centroizquierdista pone en cuestión la posible alianza de su socio de Gobierno, la derechista Liga, con la propuesta de Orbán.
El ex titular del Banco Central Europeo no logró hasta ahora la aprobación de los dos partidos mayoritarios en el Parlamento, la Liga y el Movimiento Cinco Estrellas. Este sábado será clave para lograr la mayoría que necesita para convertirse en primer ministro.
El canciller Luigi Di Maio le puso límite a la situación al decir que o encuentran "la mayoría en 48 horas, o mejor ir a votar". El primer ministro continúa con reuniones para ganar espesor político.
Las fuerzas de derecha y centroderecha que se agrupan en torno a Fuerza Italia, de Silvio Berlusconi; Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, y la Liga, de Matteo Salvini, ya plantearon su intención de un regreso a las urnas si Conte fracasa en su intento de obtener la ratificación parlamentaria a la que se vio obligado tras la salida del Gobierno del partido Italia Viva, que lidera el expremier Matteo Renzi.
Además, en las mismas jornadas, más de 51 millones de personas están habilitadas a votar a nivel nacional para decidir en referéndum si se mantiene o no la ley que impulsa el oficialismo y que rebaja de 630 a 400 los diputados y de 315 a 200 los senadores en busca de un ahorro para el Estado y de mayor agilidad parlamentaria.
Un barco de rescate con un centenar y medio de inmigrantes había sido retenido cuanto el ex vice premier demoró el desmbarco de quienes finalmente recalaron en el puerto siciliano de Lampeduza. En su defensa, dijo que “haría lo mismo” si vuelve al gobierno.
La salida de la empresa concesionaria era la condición que el primer ministro Giuseppe Conte había exigido para poder extender la concesión de varias autopistas a Aspi tras denunciar que el grupo "le toma el pelo a los italianos" por una serie de incumplimientos en los contratos.