Durante la represión, los soldados fuertemente armados dispararon balas reales, balas de acero recubiertas de goma y bombas lacrimógenas hacia los participantes en la manifestación, provocando que decenas sufrieran los efectos de la inhalación de gas lacrimógeno.
El hecho se produce dos días después de que otros dos palestinos murieran por disparos de armas de fuego en una operación militar israelí en la ciudad cisjordana de Naplusa.
El presidente de Estados Unidos había dejado en claro este jueves que no pretende revertir el polémico reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel, una medida impuesta por su antecesor, Donald Trump, que causó indignación entre los palestinos.
El viceministro de Asuntos Religiosos, Matan Kahana, agregó que “como no existe tal botón”, están “destinados a existir (juntos) en esta tierra de alguna manera”.
Después de haber normalizado sus relaciones en 2020 y tras la formalización del pacto de libre comercio, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, celebró el acuerdo y felicitó a su “amigo” el presidente Mohamed bin Zayed Al Nahyan.
Las fuerzas de la policía israelí entraron este viernes por la mañana al recinto sagrado para el islam y el judaísmo, mientras jóvenes palestinos lanzaban piedras en su dirección.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Palestina envió cartas a varios relatores de la organización global y a comités internacionales. Expusieron que los militares israelíes actúan con el pretexto de estar siendo amenazados o atacados.
Este domingo las fuerzas israelíes mataron a tiros a una palestina desarmada y a otra que apuñaló a un policía en Cisjordania, horas después de que palestinos incendiaran un santuario en la región en medio de las tensiones en la región.
Un palestino fue ultimado a balazos en un colectivo en Cisjordania después de haber apuñalado a un israelí. Dos más murieron en un operativo militar que las tropas israelíes hicieron en un campamento de refugiados de Jenín.
Es el tercer ataque de este tipo en una semana y las autoridades israelíes temen que la tensión siga en aumento justo antes del mes sagrado musulmán de Ramadán, que coincide con las festividades judías y cristianas.
Uno de los adolescentes, que tenía 16 años, recibió disparos en la cabeza, en el pecho y en una mano después de que la guardia fronteriza israelí dijera que disparó desde una moto. El otro tenía unos 20 años y recibió un disparo mortal en la cabeza por “tirar piedras desde techos”.
Serán interrogados por la Policía bajo sospecha de "asalto, participación en reuniones ilegales y daños a la propiedad por motivos racistas". Según observadores de la ONU, "el Gobierno israelí y el ejército hacen muy poco para reducir esta violencia y proteger a los palestinos".