Esta semana entraron en vigencia en Francia medidas para personas no vacunadas contra el Covid y se desataron otra vez manifestaciones en las calles. Al mismo tiempo, tanto allí como en otros países como España o Reino Unido, el uso de mascarillas vuelve a estar en debate.
“Estoy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular de las familias que más sufren”, expresó Francisco durante el rezo del Ángelus.
En medio del clima de tensión, los obispos cubanos pidieron al Gobierno “ejercitar la escucha” y no recurrir a “la violencia”. Por otro lado, las autoridades de la isla recibieron el apoyo de Rusia, China y otros países de la región.
En la protesta participaron dirigentes que integran la Mesa de Enlace, quienes terminaron subiendo al escenario -a pesar de que no estaba previsto- y lanzaron fuertes críticas a las políticas oficiales. Los criticó el ministro Matías Kulfas.
Productores agropecuarios autoconvocados manifestaron su rechazo a las políticas hacia el sector, pero también cuestionaron la estrategia sanitaria frente a la pandemia y fustigaron el "intervencionismo estatal" en distintas áreas.
Amsafe Rosario y ATE se concentraron en Plaza San Martín en reclamo de reapertura de paritarias.
El miércoles pasado fueron descubiertas 182 tumbas anónimas en la provincia de Columbia Británica, en un sitio donde funcionaba una escuela de asimilación forzada.
Un informe precisó que desde el inicio de las marchas se registraron 106 casos de violencia contra mujeres y personas LGBTI, de los que 23 son denuncias de abuso sexual.
El presidente de Colombia, Iván Duque, presentó un proyecto que aumentaba el IVA para servicios y bienes y ampliaba la base de contribuyentes con impuesto de renta. En rechazo a la iniciativa, se realizaron protestas que dejaron al menos 17 muertos y más de 800 heridos.
Se trata del mayor número de fallecidos desde el 14 de marzo, cuando más de un centenar de manifestantes que reclamaban elecciones libres murieron a manos de las fuerzas represivas en esa ciudad situada a unos 100 kilómetros al norte de Yangón, la capital del país del sudeste asiático antes conocido como Birmania.
La marcha había sido convocada bajo la consigna "Kill the Bill (Mata la Ley) en rechazo al proyecto que se debate en el Parlamento que entre otras cosas, pretende dar más poder a la policía para intervenir en las protestas. Incendiaron dos vehículos policiales, atacaron una comisaría y arrojaron objetos a las fuerzas del orden desde el techo de un edificio.
"¡Salven a nuestra líder!" Aung Sang Suu Kyi, derrocada y detenida en un lugar secreto por el Ejército desde hace 49 días; "¡Salvemos nuestro futuro!", se podía leer en las pancartas de los manifestantes.