La manifestación, en favor de la unidad del país, se produjo dos días después de que el parlamento catalán declaró la independencia de la región. Esto llevó al gobierno español a tomar el control destituyendo a sus autoridades.
Según datos del Colegio de Registradores Mercantiles de España, entre el 2 y el 26 de octubre, día posterior al referéndum, compañías mudaron su sede social a otras regiones españolas. Esta semana 379 empresas optaron por esa decisión.
El presidente catalán, Carles Puigdemont, descartó este jueves la convocatoria a comicios y frenar sus planes de independencia, lo que acercaría una toma de control regional por parte del gobierno central, con el riesgo de que se produzcan fuertes protestas en Cataluña.
Desde el gobierno español manifestaron que no se invocaría al Artículo 155 de la Constitución, si se convoca a elecciones. El jueves vence el plazo para que Carles Puigdemont, presidente independentista catalán, aclare si declaró o no la independencia.
El presidente catalán respondió con una evasiva al ultimátum del jefe del Ejecutivo español e insistió en su oferta de diálogo, en tanto Madrid volvió a rechazar bajo la advertencia de que si el jueves no rectifica será responsable de la intervención de Cataluña.
El presidente catalán tiene hasta el lunes para decirle al gobierno de Mariano Rajoy, si declaró o no la independencia en Cataluña el martes pasado en el Parlamento regional. En caso de que la respuesta sea afirmativa, el mandatario español desafió con aplicar el artículo 155.
El director del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Europa, Poul Thomsen, aseguró que "si se prolonga la incertidumbre, eso podría tener un peso sobre el crecimiento", en referencia al discurso del martes de Puigdemont quien dejó en suspenso la independencia de Cataluña.
La dirigente Ada Colau, solicitó al presidente catalán "no precipitarse", y aseguró que "es hora de construir puentes, no de dinamitarlos". A la vez que se dirigió a ambas partes en tensión, y subrayó que establecer un espacio de diálogo sería "el acto más valiente".
Ada Colau solicitó dijo que “los resultados del 1 de octubre no pueden ser un aval para proclamar la independencia” y que se la decisión “pondría en peligro la cohesión social”.
El presidente catalán aseguró en un medio televisivo que aplicará "lo que dice la ley". Y destacó: "Lo que está pasando en Cataluña es real, les guste o no. Son millones de personas que han votado, que quieren decidir".