El impacto de la paralización prácticamente total de una economía ya arrasada por una profunda recesión de dos años es aún hoy insondable, cuando el riesgo sanitario está contenido pero vigente. El testimonio de un encumbrado dirigente de la UIA y la Fisfe.
"Venimos de dos años de recesión y nueve de estancamiento", dijeron desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, y subrayaron que "lo que se requieren son créditos a tasa cero que los empresarios, cuando se reactive la actividad económica, van a devolver".
La crisis derivada del confinamiento al que obliga el coronavirus impacta de lleno en las recaudaciones y los municipios son los más afectados. El caso de Rosario y los instrumentos a los que pueden recurrir las autoridades (adelantos de coparticipación, emisión de letras locales, entre otros) que buscan “no alarmar” a la población, en consonancia con la visión de la Casa Gris.
El Indec difundió este martes cifras relativas a febrero de los indicadores de producción manufacturera (caída leve) y la actividad constructora (caída abrupta), cuando aún no regía el aislamiento por la pandemia, que profundizará una recesión de efectos insondables.
La cuestión central que atraviesa todo el debate en el país es, además de la salud (y no excluyéndola), la actividad económica y el nivel en que esta pueda funcionar para evitar una crisis aún mayor. ¿Cuánto aguanta el aparato productivo, en recesión hace dos años?
Además, desde la cámara que agrupa a las empresas carroceras de la región advirtieron que no pueden pagar los sueldos porque las fábricas están completamente paradas. Dos años de recesión y la paralización total por la pandemia, combo letal.
Piden que el Gobierno suspenda el cobro de impuestos y advierten: "esto es peor que una guerra, porque en la guerra por lo menos se produce".
Los bonos de la deuda argentina tuvieron pérdidas que llegaron al 20% y el riesgo país trepó a 4.004 unidades, con una suba del 12%. Lo ocurrido en Wall Street y la Argentina estuvo en línea con los resultados expuestos en los mercados de Europa y Asia.
Entreverado en negociaciones con el FMI y bonistas privados, el Gobierno analiza nuevas medidas para contener el aumento de precios de consumo masivo, ante una inflación que no cede pese al congelamiento de tarifas y control cambiario.
El gobernador santafesino firmó un decreto para revisar la deuda consolidada al 31 de diciembre pasado, que determinará nuevas circunstancias de cancelación. Desde la Casa Gris señalaron la premura con que esperan la aprobación de la Ley de Necesidad Pública.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico redujo sus previsiones de crecimiento para las principales economías del mundo, a la vez que vaticinó que la Argentina será el único miembro del G20 que sufrirá una baja del Producto Bruto Interno.
En la semana se conocerán detalles relativos a la reestructuración de deuda, que será mayor a la de 2005. Siendo el 31 del mes la fecha fijada por el propio Fernández, el default es la otra opción si fracasan las negociaciones. Bien o mal, será clave para lo que viene.