El asesinato del general Qassem Soleimani, ordenado por la Casa Blanca, desencadenó una serie de hechos cuyo fin aún no está claro. La reacción iraní, las consecuencias de la pérdida de su estratega militar, los máximos objetivos de su política exterior y algo de historia en una entrevista con el analista del Iremai (hoy investigador en Massachusetts) Martín Bettati.
El investigador Jefferson Morley asevera que Trump tiró del gatillo después que el Mossad tenía en la mira a Soleimani.
Abdul Reza Shahlai, un comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución iraní, fue el blanco de un frustrado ataque aéreo.
La demócrata y presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, anunció que promoverá la designación de los jefes para llevar adelante los cargos en la Cámara Alta. La demanda es por abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Mientras se siguen tensando los "escenarios de guerra" desplegados en Medio Oriente, hoy con epicentro en Iraq pero con Irán y Estados Unidos como actores principales, un enfoque diferente de la situación que podría echar luz sobre el comportamiento de varios de los "poderes" involucrados.
Un pormenorizado análisis, en momentos de excluyente incertidumbre geopolítica en torno al escenario en Medio Oriente tras el ataque dirigido desde Washington a Bagdad, con la máxima figura militar iraní como objetivo principal.
Estados Unidos confesó el ataque del líder militar Qasem Soleimani, ante lo cual Teherán advirtió que "tomará venganza por este atroz crimen".
En medio de un revuelo internacional y elucubraciones sobre la respuesta de Irán luego del asesinato de su máximo jefe militar, el Departamento de Defensa de Estados Unidos habría aprobado el envío de alrededor de 3.000 tropas adicionales a la zona.
Las negociaciones nucleares entre los dos líderes se han visto estancadas desde el fracaso de la cumbre entre Kim y Trump en Hanói en febrero pasado.
Los mandatarios mantuvieron una conversación telefónica, en la que el mandatario ruso agradeció la información de los servicios especiales "que ayudó a impedir atentados terroristas en Rusia".
Se puede asegurar que hasta el 5 de febrero de 2020 Trump no será defenestrado, ya que la misma Pelosi invitó al todavía presidente a dar su discurso sobre el estado de la unión el 4 de febrero.
El senador por Vermont prometió terminar con las medidas "racistas" y "antiinmigrantes" de la actual administración en caso de ganar en 2020.