"La situación es muy dura. En Bajmut, Vuhledar y otros sectores de la región de Donetsk hay constantes ataques rusos. Hay constantes intentos de romper nuestras defensas", dijo Zelenski en su discurso nocturno por video.
Su ministro de Defensa, Oleksi Reznikov, expresó su confianza en que recibirán más armamento por parte de Occidente para enfrentar la invasión rusa iniciada el 24 de febrero del año pasado. Estiman que Rusia pierde unos 500 militares por día.
El sumo pontífice y Rafael Grossi habían planteado que la amenaza nuclear arroja al mundo “en el miedo y la angustia” y que por la situación en la central nuclear ucraniana de Zaporizhzia “se juega con fuego”.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, rechazó sumarse a la tregua propuesta por Putin alegando que Rusia busca aprovechar la Navidad para frenar el avance de las tropas ucranianas en el Donbass, la región industrial que es el principal teatro de operaciones de la guerra iniciada el pasado 24 de febrero.
El asesor del presidente Volodimir Zelenski, Mijailo Podoliak, señaló que "Rusia ya no tiene metas militares y trata de matar todos los civiles que sea posible y destruir instalaciones civiles" y que esta “es una guerra para matar".
En una línea similar, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, les advirtió a sus compatriotas que se preparen para las consecuencias de nuevos ataques, después de acusar a Rusia de utilizar el frío contra las personas como un arma de guerra.
El ministro de Defensa británico, Ben Wallace, precisó que con los “Sea King” despachará también 10.000 municiones de artillería. También reforzarán el proceso de formación de las Fuerzas Armadas de Kiev con médicos e ingenieros militares.
Una vez más, los drones y misiles alcanzaron dañar la infraestructura energética, departamentos y un polígono industrial. En cuanto al acuerdo comercial, el presidente de Turquía, Recep Erdogan agradeció a Zelenski, a Putin y al titular de la ONU por su prolongación.
A la hora de tomar la palabra, el presidente chino, Xi Jinping, advirtió contra el uso de alimentos y energía como armas. Putin no asistió “por cuestiones de agenda” y tampoco lo hicieron Andrés López Obrador y Jair Bolsonaro.
Jens Stoltenberg señaló que el hecho “demuestra la increíble valentía de las Fuerzas Armadas ucranianas” y que no deben cometer el error de “subestimar a Rusia”.
Según un análisis de Aitana Villegasaivilzu de The Washington Post, el objetivo es “poder seguir garantizándole el respaldo de la comunidad internacional” a Kiev.
Desde el gobierno de Rusia alertaron que su par ucraniano, con la asistencia de sus tutores occidentales, lleva a cabo los preparativos para realizar su plan. Estados Unidos, Francia y Turquía rechazaron la acusación de Moscú.