La profunda recesión que azota a la industria en general y al sector metalúrgico, en particular en el sur santafesino, activó las alarmas en torno al futuro de numerosos establecimientos fabriles que podrían bajar la persiana en el corto plazo con la consecuente gran pérdida de puestos de trabajo.

Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), vienen advirtiendo por esta situación y ahora se sumó un grupo de industriales de Firmat, que señaló “la posibilidad real y concreta” de que tras el receso vacacional fabricas y talleres, especialmente del rubro agropartista, no puedan retomar sus actividades jaqueados por la retracción de las ventas y los altos costos de producción, entre otras cosas.

Al menos 400 puestos de trabajo penden de esta realidad que, de concretarse, sería un enorme golpe a las familias afectadas así como también para la economía local y regional que depende en gran medida del flujo de dinero que vuelcan al consumo los metalúrgicos.

Los industriales firmatenses reflejaron esta cruda situación y cuestionaron además al poder político e incluso a la institución que representa al sector, en un comunicado publicado en el diario La Capital.

Tras admitir que “hay buenos y malos industriales”, a la vez que “buenos y malos empleados”, se mostraron insatisfechos con el accionar de la dirigencia al sostener que “son definitivamente irresponsables e inoperantes”, y “no han sabido estar a la altura de los acontecimientos”.

En esa línea reprocharon también que “la ignorancia, la incapacidad, la falta de voluntad y las mezquindades de nuestra clase política, que desde hace años viene desoyendo las advertencias y los peligros a los que sus manejos nos conducían, son las cualidades que nos llevaron a desembocar en esta delicada y compleja situación”.

También apuntaron contra el Centro Económico de Firmat y la Cámara de la Industria local al advertir con “preocupación como fueron cooptados por la política perdiendo así la representatividad genuina que deberían tener como entidad gremial patronal”.

“Puertas adentro de fábricas y talleres —aseguraron— cada uno de los empresarios conoce cuáles son sus virtudes, defectos, aciertos y errores, pero hay un punto que tiene que quedar muy claro y es que esta etapa crítica que está atravesando la industria no surge como resultado de estos factores”, prosigue el texto.

En ese sentido advirtieron, entre otras consideraciones, que “nuestro sector no cuenta con más margen para a soportar semejante descalabro económico y financiero” ya que “esta sangría permanente de recursos que hoy nos afecta será la que, más temprano que tarde, termine afectando también a nuestros trabajadores”.

Además se mostraron convencidos de que “es fundamental e indispensable tener un canal de diálogo fluido y cordial con los dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) para monitorear permanentemente esta crisis con el objetivo de flexibilizar posiciones y poder evitar males mayores”.

El comunicado cierra explicando que “no es intención de este grupo de industriales transmitir angustia o malestar en la sociedad” aclararon que su objetivo es “advertir a toda la clase política (sobre) la posibilidad de que se pierdan a la brevedad alrededor de 400 puestos de trabajo” y que “las consecuencias para los próximos 3 o 4 meses van a ser impredecibles”.