Trabajadores despedidos de Fabricaciones Militares (FM) advirtieron hoy que por detrás de las cesantías «se oculta un intento de vaciamiento» de la empresa estatal y pronosticaron que en los próximos años el organismo que depende del Ministerio de Defensa va a «desaparecer».

«Van a desmantelar la industria nacional, en detrimento del trabajo argentino», advirtió el jefe de Salud, Seguridad y Medio Ambiente (SALSEMA), Hernán Rubio, quien con 49 años integra la lista de 140 despedidos desde el 28 de enero último.

En diálogo con Noticias Argentinas, recordó que días atrás, al llegar a su lugar de trabajo, personal de seguridad le impidió el ingreso al edificio ubicado en Cabildo 65, y se lamentó: «Fabricaciones Militares va a desaparecer. Le han pegado al corazón».

El licenciado en Química de la UBA, que ingresó al organismo en 2011, señaló que su área controlaba las condiciones de salud y seguridad en fábricas que, entre otros productos, desarrollan explosivos y químicos, por lo cual, tras la desvinculación, alertó que «las actividades se llevan a cabo sin ningún tipo de seguridad para los operarios».

Por su parte, Martín Novella, de 30 años, licenciado en Economía de la UBA, evaluó  que «los despidos empezaron en la sede central, pero centenares de personas se van a quedar sin trabajo porque no van a tener nada que hacer».

Novella, del área de Planeamiento y también parte de la nómina de 140 cesanteados, explicó que uno de los convenios dados de baja con la llegada de la nueva gestión es el de producción de munición calibre .22, de venta local, cuyo principal consumo es para la caza de liebres.

«O lo compensan con importaciones o van a desabastecer el sector», puntualizó Novella, que cursa una Maestría en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y su tarea en Fabricaciones se vincula con el planteo de metas comerciales y planificación operativa, entre otras labores, desde octubre de 2012.

Resaltó, además, que la empresa estatal es la única productora en la Argentina de ácido nítrico, éter etílico, chalecos antibalas, nitrocelulosa, vagones de carga, pólvoras bibásicas y municiones de altos calibres.

En tanto, Delfina Arnaiz, del área de Comunicación y de 27 años, que está a un paso de obtener su título de Diseño de Imagen en la UBA y desempeña tareas desde 2012 en el organismo, sostuvo: «Queremos que la gente sepa que somos trabajadores, no ñoquis».

«Entre otras tareas, hacía coberturas fotográficas de productos, videos y ediciones», argumentó y subrayó: «Elaboramos propuestas estratégicas de comunicación y la nueva gestión no la quiso leer».

Posibles pérdidas por $515 millones.

La delegada de ATE en Fabricaciones Militares, Paula Basilico, estimó que se perderán 515 millones de pesos tras la parálisis de proyectos específicos, cifra que representa el 51 por ciento de la facturación esperada para este año.

«Hacemos pólvora, materiales de equipamientos de minería. Todo eso se vende y son justamente las líneas que se van a cerrar. Los espacios que nos dan ingresos están desapareciendo», apuntó la empleada.

Basilico fustigó: «Lo que el Estado se está ahorrando en salarios es mínimo respecto de lo que se puede generar en ingresos» e indicó: «Se vació el edificio. La mitad de la gente está afuera. Se producirá lo mínimo e indispensable y el resto se va a comprar afuera».