La fábrica de motores y tractores Deutz y la agropartista Carraro, cerraron sus puertas en la Argentina, por la falta de financiamiento, los tarifazos en servicios, la libre importación y la caída del mercado local, que fueron una combinación letal.

Líderes internacionales en sus sectores dejaron sin trabajo a casi tres centenares de trabajadores especializados. Deutz conservaba la planta en General Rodríguez que ahora cierra junto a la de Haedo.

A pesar de ser una marca de referencia en el mercado agropecuario, nada ha podido detener una caída sostenida desde que el nuevo gobierno tomó el poder en diciembre de 2015. La libre importación de unidades que por lo que se llama economía de escala favorece a las grandes plantas extranjeras fue el golpe de gracia que terminó con la empresa.

Carraro, empresa del grupo italiano del mismo nombre estuvo haciendo planes e inversiones de expansión hasta el año 2014, tenía una importante planta en Haedo en el Partido de Morón. El Intendente Ramiro Tagliaferro (ex pareja de la Gobernadora María Vidal) no ofreció ninguna respuesta en cuanto a la crisis social.

En 2014 había llegado a fabricar mil transmisiones para tractor por año. Los cierres significaron una caída de cientos de puestos de trabajo que luego será muy difícil recuperar considerando las tareas especializadas que realizan los operarios de ambas empresas.

El sindicato de mecánicos SMATA trabajaba febrilmente en las últimas horas buscando soluciones que mitiguen la noche que avanza sobre las familias de los trabajadores