Francia transita una semana decisiva con una nueva ronda de negociaciones entre los sindicatos y el gobierno, y dos grandes jornadas de movilización el jueves y sábado en el pulso por la reforma de las pensiones que tiene al país sumido en la huelga de transportes más larga de su historia.

Este par, que afecta a los trenes, metros y buses desde el 5 de diciembre, es ya el más largo de la historia del país. Superó a la movilización del invierno de 1986-1987, cuando los trabajadores de la compañía francesa de ferrocarriles estuvieron en huelga 28 días consecutivos.

La reforma, una ambiciosa promesa electoral del presidente Macron, pretende eliminar los 42 regímenes de jubilación que existen actualmente y reemplazarlo por uno universal por puntos. Y retrasar en dos años, de 62 a 64 años, la edad para cobrar una pensión completa.

Después de fuertes perturbaciones en los transportes durante las vacaciones de fin de año, la mayoría de los franceses retomaron el trabajo y las clases ayer, pero las dificultades para desplazarse seguían siendo importantes, sobre todo en la región parisina, con líneas de metro cerradas y buses con cuentagotas y abarrotados.