Por Santiago Fraga

El posible cierre de Masa S.A. (Medicina Ambulatoria) mantiene en vilo a los más de 200 trabajadores que desempeñan su función en alguno de los cinco efectores de Rosario y la región que están bajo su ala.

El Instituto Médico Regional de San Lorenzo, el Policlínico Gomara de Villa Gobernador Gálvez, el sanatorio Saladillo (que ya cerró), la sucursal de zona Centro (Urquiza al 1700) y la de Capitán Bermúdez son las clínicas del grupo Masa que se ven en riesgo, tras la decisión unilateral del Pami de no renovar el contrato.

Esa determinación conllevó a que la empresa quedase desfinanciada, no pagase la última facturación y no pueda hacer frente al tema de salarios, dejando como consecuencia  un serio riesgo de perder las fuentes laborales. Como aliciente, en San Lorenzo y Villa Gobernador Gálvez dichas clínicas son las únicas privadas con prestación de Pami, por lo que un cierre obligaría a los abuelos a tener que trasladarse hasta Rosario.

Este miércoles tuvo lugar una reunión en el Ministerio de Trabajo con representantes de Atsa Rosario (Asociación Trabajadores de la Sanidad Argentina), del Instituto Médico Regional de San Lorenzo y la Cooperativa Gomara de Villa Gobernador Gálvez, para buscar una mejor salida a la situación, y el Pami para ver qué pasó con el pago de la factura de prestaciones ya elevadas, ya que con ese monto se podría hacer toda una estrategia a los fines de ver la posibilidad de salvataje de la empresa.

Así lo aseguró a Conclusión el secretario gremial de Atsa Rosario, Gustavo Martino, quien detalló además que el encuentro pasó a cuarto intermedio, en el intento de encontrar otras soluciones, entre ellas que cualquier otro efector se haga cargo de los lugares con el reconocimiento del personal. “Estamos trabajando activamente en buscar una posible solución tanto técnica, jurídica y en resguardo de los trabajadores”, sostuvo Martino.

“Nunca nos pusimos como propósito la quiebra. Nosotros queremos a los trabajadores dentro del establecimiento porque no queremos una empresa cerrada. Ya demasiado tuvimos que salvar el año pasado varios efectores de salud que gracias a Dios pudimos salvar”, aseguró a Conclusión el secretario gremial.

Y es que la crítica situación que se está atravesando en este momento ya viene repitiéndose en distintos lugares. “Desgraciadamente, la crisis y los cambios de modalidad del tema del Pami en los efectores que son pami-dependientes afecta muchísimo. Reservas para bancar todos esos cambios generalmente siempre acusan los empresarios que no tienen. Desgraciadamente los gremios privados no podemos acceder a los papeles de las empresas para saber si es cierto, y mientras tanto nos enteramos de las noticias cuando saltan las bombas”, criticó.

En este caso en particular, fue la obra social de los jubilados quien tomó la decisión unilateralmente, a lo que Martino advierte del doble efecto que produce al dejar a Villa Gobernador Gálvez y San Lorenzo sin el único efector privado que es de Pami.

“Si hubiera otro efector es otro tema. Pero si bien está pegado a San Lorenzo trasladarse a cualquier instituto en Rosario es muy lejos para un abuelo”, sostuvo Martino, quien agregó que desde Pami “por ahí no previeron las consecuencias”. “Por lo general cuando un efector corta con el Pami es muy difícil que después vuelva a recomponer relaciones, según las diferentes experiencias”, agregó.

Con respecto al tema salarios, Gustavo Martino aseguró que en general están al día, excepto en dos lugares y 10 personas de otro lugar. “Faltan algunos adicionales, pero están pagos esos salarios. Por el momento estamos abocados a tratar de salvar las prestaciones y los lugares de trabajo. Si todos ponen su granito de arena esto tendrá un mejor puerto”, concluyó.