Si bien la crisis en la industria, derivada de la fuerte recesión de la economía, es generalizada, el rubro del calzado, así como el textil, es uno de los más afectados, incluso desde antes de la debacle financiera de 2018 que terminó con una devaluación del 100% de la moneda y un acuerdo con el FMI.

Días atrás se anunció el cierre de la firma Tecnosport, de capitales brasileros, con los consecuentes 120 despidos que acarreó esa decisión. La planta estaba ubicada en el Parque Industrial de Villa Flandria, a orillas del Río Luján en la localidad de Jauregui, 80 kilómetros al oeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ante este escenario, el secretario general de la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (Uticara), Agustín Amicone, esgrimió un cuadro de situación respecto a ese caso puntual y a la situación crítica que atraviesa el sector.

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«A partir del año 2016, la industria del calzado viene sufriendo sistemáticamente el cierre de empresas de gran porte así como también de pequeñas y medianas industrias», explicó Amicone en diálogo con Radio Ciudad de Luján.

«El gobierno bajó los derechos de importación (de los kit con material para ensamblar calzado) del 35 al 15%, y al mismo tiempo asistió en el pago de salarios. Todo eso no ha servido absolutamente para nada porque lo que necesita el país, no solamente la industria del calzado, sino en general, es recuperar el poder de compra de la población que está pulverizado», agregó el gremialista.

Al mismo tiempo, consideró que “lo único barato que hay en la Argentina es el salario de los trabajadores”.

«Con la cantidad de cierres han hecho que este sector desde 2015 al presente haya perdido 9000 puestos de trabajo, convirtiéndose en un ‘cementerio industrial'», resaltó el dirigente.

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Sobre las más de 120 cesantías en Tecnosport, Amicone explicó: «Está concretado en un grotesco comunicado que le hizo firmar la empresa a los trabajadores. Parece que es una decisión irreversible de los capitales brasileros.»

Los empresarios especulan, según manifestó, con que el nuevo gobierno de Brasil, en manos del presidente Jair Bolsonaro, bajará el costo de los salarios en su país, con lo cual les resultará más rentable instalarse en su lugar de origen.

Y concluyó advirtiendo que el golpe del cierre “es duro para los trabajadores” pero más para “la economía de la ciudad de Luján.”