La lluvia de meteoros Leónidas se produce entre el 14 y el 21 de noviembre cuando nuestro planeta atraviesa un inmenso enjambre de meteoroides (partículas de polvo cometario que atraviesa la órbita terrestre), la máxima actividad es entre el 17 y 18 de Noviembre.

La constelación se hace visible en la última parte de la noche hacia el amanecer en forma gradual, hasta la salida del Sol.

Al igual que toda lluvia de meteoros, también las Leónidas están asociadas a un cometa, en este caso el Tempel-Tuttle, cometa periódico de un paso cada 33 años. El cometa Tempel-Tuttle fue observado en marzo de 1997 y alcanzó su distancia más cercana al Sol a fines de febrero de 1998.
Este cometa no es particularmente brillante, a comienzos del año 1998 los aficionados necesitaron de ayuda óptica (binoculares y telescopios) para poder observarlo.

Los estallidos en la actividad de esta lluvia de meteoros ocurre cada 33 años, durante los años 1799, 1833, 1866 y 1900 las Leónidas produjeron lluvias muy intensas con más de 1000 meteoros por hora, lo que atrajo la atención de la población mundial.

No ocurrió lo mismo en 1933, decepcionando a un gran número de entusiastas. Por el contrario, la lluvia del año 1966 fue espectacular, así como los 350 meteoros por hora en 1998.

El año 2009 se observaron un promedio de 25 meteoros por hora el 17 de noviembre; lo propio el 2010. En aquello radica la importancia de observar las Leónidas, 2015 y 2016 fueron también años muy activos y aunque no estemos en el periodo ideal de los 33 años, como indican las proyecciones, el 2017 podrían observarse un buen número de meteoros. Será cuestión de madrugar y esperar cielos límpidos y despejados.