Por Federico Morel

Este sábado 2 de marzo de 2019 se cumplen tres años del asesinato de Berta Cáceres, quien fuera la fundadora y coordinadora de la Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh).

Berta Isabel Cáceres Flores fue una líder indígena lenca, feminista​ y activista del medio ambiente hondureña. Cofundó el Copinh para luchar por los derechos de los lencas y peleó por la defensa de los territorios de su pueblo.

Fue asesinada por miembros de la dictadura que que azota ese país desde 2009. Por su muerte fueron condenadas diez personas, entre las cuales se encontraba un oficial de alto rango del ejército.

La causa judicial por el asesinato sigue abierta y su hija, Berta Zuñiga Cáceres, junto al Copinh, todavía buscan los autores intelectuales del crimen, que fue repudiado a nivel internacional por ser ella reconocida con el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas de medio ambiente.

Conclusión entrevistó a su hija, actualmente coordinadora general del Copinh, quien se explayó sobre lo que significa Berta Cáceres para los pueblos y de qué manera siguen activos en la defensa de los derechos de los pueblos de Latinoamérica.

-¿A qué se debe tu visita a Rosario?

-Estamos participando en este carnaval Pocho Lepratti, apoyándonos en las luchas populares, desde el reconocer que las luchas en las calles fortalecen los procesos populares por los que peleamos. Obviamente conocer la historia de los compañeros y compañeras que han ofrendado su vida en este país. Yo creo que es intercambiar también, ya que estamos presentando el libro «Las revoluciones de Berta» en diferentes espacios de Argentina.

-¿Cuál es el objetivo de la institución?

-Nuestra organización tiene varios ejes de lucha, obviamente contribuir a la liberación de los pueblos. Nosotros luchamos desde el pueblo Lenca, que es un pueblo en el sur occidente de Honduras, por fortalecer nuestra autonomía, nuestra soberanía y también hemos luchado por muchos años por producir la refundación de nuestro país Honduras, que es un país que tiene desafíos muy grandes y que está en un proceso de sumisión dictatorial y un proceso antidemocrático desde que se dio el golpe de Estado en 2009. Parte de nuestro trabajo es aprender, intercambiar, conocer, apoyar la lucha de otros pueblos en el continente de los que también hemos aprendido muchísimo.

-Tu madre, Berta Cáceres, fue asesinada por esta lucha ¿quién fue Berta y por qué suceden estas cuestiones que se notan a nivel latinoamericano?

-Al igual que muchos líderes y lideresas sociales en América Latina, Berta Cáceres fue una mujer revolucionaria que construyó en los procesos populares en nuestro país, en particular, la lucha del pueblo Lenca, la lucha en defensa de los territorios, de sus autonomías contra empresas transnacionales, pero también en una puesta política de verdad, transformadora que contribuyera a cambiar las opresiones históricas de nuestro país. Berta Cáceres tenía, desde nuestro proyecto político el Copinh, tres pilares: la lucha anticapitalista, antiracista y antipatriarcal. Y, obviamente, la lucha por la vida, la lucha por nuestras identidades y nuestras cosmovisiones, y el respeto por todas las diversidades desde las cuales se ejercen esos procesos. Estas dimensiones del pensamiento de Berta Cáceres contra el militarismo y las invasiones de los territorios, pues significaba una amenaza para muchos intereses económicos y políticos de nuestro país. La intención de asesinar a Berta Cáceres es la intención de asesinar su lucha, su proceso y de generar miedo y terror en las personas que están comprometidas con esa tarea.

-Hace mucho tiempo que se quiere silenciar a los pueblos ¿por qué no puede suceder esto?

-Es una expresión de violencia. Es una expresión de odio. Fundamentalmente, nosotros decimos que el asesinato de Berta Cáceres es una expresión de odio y no puede ser la manera bajo la que actúan estos poderes. Nosotros llevamos el tema de la justicia y lo planteamos desde una respuesta para decir un ya basta a todos estos crimenes violentos. Lamentablemente el caso de mi mami no es la excepción. En América Latina muchas personas están siendo asesinadas, en Colombia, en Brasil. Sus luchas finalmente son luchas simbólicas que trascienden a una individualidad, que trascienden incluso las fronteras y que obstaculizan el desarrollo de las lógicas violentas y de imposición a las que están acostumbrados. Nosotros creemos que decir un ya basta significa la manera de proteger nuestras vidas. Luchar por la justicia para Berta y poner un alto significa también que estos crímenes no vuelvan a repetirse.

-¿Cómo sigue la causa judicial del asesinato de Berta?

-Nosotros hemos cerrado recientemente un proceso judicial que sentenció a siete personas que sobre todo están vinculadas a la autoría material del asesinato y a dos personas que tenían que ver con la empresa y a un mayor de las fuerzas armadas involucrado en el crimen. Pero decimos que no estamos satisfechas con este proceso, porque hay máximos responsables que siguen en libertad, en impunidad, no hay investigaciones serias o por lo menos no conocemos investigaciones serias a esas personas. Y una deuda que queda es cancelar la concesión en el río Gualcarque, que sigue vigente durante 50 años y todavía sigue siendo una amenaza latente para la comunidad del Río Blanco, comunidad que forma parte del Copinh, y bueno, la deducción de responsabilidad de funcionarios del Estado y de los bancos internacionales que participaron de su crimen.

-¿Cómo sigue después de Berta el Copinh?

-Tenemos muchos años de lucha y tenemos un plan de trabajo en el que estamos para concretar, hemos incluido dentro de toda nuestra lucha el eje de la búsqueda de justicia para Berta Cáceres como un trabajo aparte que se le incluye a todos los demás, tenemos que seguir en la defensa de los territorios, la defensa de los derechos de las mujeres, el derecho de los pueblos articulandonos a otros procesos, fortaleciendo nuestros procesos organizativos internos, trabajando para fortalecer nuestra identidad en nuestra cultura que también están siendo amenazadas y desafiando el extractivo que viene con este discurso de energía limpia, pero que finalmente son proyectos violentos y de muerte.