Expertos de la Universidad de Chile advirtieron sobre una “inusual actividad sísmica” en la Antártida, luego de detectar en ese territorio más de 30.000 sismos de variada intensidad en tres meses.

El Centro Sismológico Nacional (CSN) de la Universidad de Chile explicó que entre fines de agosto y noviembre de 2020 se detectaron más de 30.000 sismos en el estrecho de Bransfield.

Según las mediciones efectuadas por los sismólogos, los movimientos de tierra tuvieron magnitudes que alternaron entre los 0,9 y los 5,6. Sin embargo, aclararon que los fenómenos medidos son los más destacables pero que el número de temblores podría ser mayor si se realizan estudios más minuciosos.

Desde la CSN destacaron que la mayor cantidad de sismos se dio durante el mes de septiembre, cuando se llegaron a registrar más de mil temblores diarios, mientras que para noviembre la actividad sísmica comenzó a descender.

El 29 de agosto se registró un sismo de magnitud 4,9 (según el Servicio Geológico de Estados Unidos, USGS), mientras que un día después se detectó un evento de 5,4. El CSN aclaró que “ambos fueron advertidos por la dotación de la Base Presidente Frei, ubicada en Isla Rey Jorge (Shetland del Sur)”.

En este sentido, indicaron que “hasta mediados de noviembre el USGS había reportado poco más de 100 sismos localizados en esta área. El sismo de mayor magnitud en este período fue de 6,0 y se registró el 6 de noviembre”.

En relación a la cantidad de temblores que se registraron en la Antártica, desde el organismo detallaron: “La tectónica alrededor de la península Antártica es compleja ya que existen variados procesos de convergencia, divergencia y deslizamiento lateral de segmentos de placas en un área relativamente reducida”.

Además, informaron que hubo un cambio en la velocidad de expansión del estrecho de Bransfield. “La separación de la isla Rey Jorge de la península Antártica aumentó drásticamente desde un valor de ocho milímetros a 15 centímetros al año, a fines de agosto”, concluyó el informe presentado por la CSN.