La Argentina alcanzó un récord histórico en los últimos cuatro años en la ampliación de superficie protegida terrestre, incorporando al Sistema Federal de Áreas Protegidas (SiFAP) más de 700 mil nuevas hectáreas alcanzando un total de más de 44.000.000 millones, el equivalente al 15,90 del territorio.

Según los últimos datos distribuidos por el organismo dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, nuestro país cuenta con 539 áreas protegidas, de las cuales 65 son «de jurisdicción nacional bajo la Administración de Parques Nacionales (APN)».

 

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En tanto que los parques nacionales además de la conservación y protección de las especies, fomentan «el desarrollo de ciudades, es decir, nace el Parque Nacional y después nace o crecen las ciudades, entonces, de por sí tienen en su en su ADN incluida la conservación de la naturaleza», señaló Federico Granato, presidente de la APN.

«Es una excelente forma también de ir construyendo el tan proclamado desarrollo sostenible y tiene que ver que la gente tenga acceso a una mejor calidad de vida, mayores recursos, a trabajos y demás y que eso no se haga a costa de deforestación o de contaminación, como ha sucedido por ahí con las grandes potencias del mundo», agregó el funcionario.

Argentina viene trabajando en la ampliación de áreas protegidas «de manera sostenida, en los últimos 20 años» y eso, aseguró Granato, «es muy importante, tenemos la posibilidad de trabajar y hay que hacerlo porque una vez que un lugar se desmonta, sobre todo si es destinado a la producción agrícola o la ganadería es probable que después ya no se pueda recuperar».

Cabe destacar que la principal causa de pérdida de biodiversidad es la fragmentación de hábitats, porque la pérdida de las mismas conlleva que a un montón de especies que ya no tengan las condiciones que necesitan para vivir.

Entonces Argentina «tiene que tener una planificación de su territorio: identificar cuáles son los lugares de interés, cuáles son los lugares necesarios para preservar por lo menos muestras representativas y en todo caso pensar cómo podemos generar modelos de desarrollo a partir de esa conservación», concluyó el especialista.

Desde el primer parque nacional, impulsado por el perito Francisco Pascasio Moreno con la donación de tierras en lo que actualmente es el Parque Nacional Nahuel Huapi, estas áreas apuntan también a despertar el interés de visitantes de lugares distantes lo que abre una nueva actividad: el turismo; que debe ser explotado con responsabilidad y manteniendo el mismo equilibrio que se busca entre el ambiente y el desarrollo productivo.

«El arduo trabajo de años y años en materia de concientización, educación y el cambio de paradigma respecto de la conservación trae consigo un nuevo término que es el de turismo sostenible, como lo es la observación de aves, de fauna sin modificar el equilibrio natural, y otras que dejan mucho dinero y mantienen los ecosistemas intactos», explicó Norberto Ovando, Presidente de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN).

El especialista agregó que: «Al dejar dinero en ese parque o en esa área sirve no sólo para mejorar la parte de turismo, sino para poder dedicar parte del dinero justamente a la investigación. científica, tecnológica o cultural» por eso es muy importante saber aprovecharla, siempre con la «mirada del legado de Moreno, que es una mirada de conservacionista».

En 2022 se crearon los Parques Nacionales Ansenuza, otorgando protección en Córdoba a la laguna de Mar Chiquita, el mayor lago salado de Sudamérica, e Islote Lobos, en Río Negro, que conserva la colonia reproductiva de pingüinos de Magallanes más septentrional del mundo.

En Misiones, se creó el Parque Federal Campo San Juan y se aprobaron las leyes de ampliación de los ya existentes Parques Nacionales Pre-Delta y Aconquija.

Mientras que en 2023, se sancionó la creación del Parque Nacional Laguna El Palmar, cuarta área protegida chaqueña y la creación en Buenos Aires de la Reserva Natural Silvestre Marismas del Tuyú y en Córdoba la Reserva Natural Educativa Cerro Pistarini.