Por Jorge Alberto Ripani

El 9 de abril de 1867 se produce uno de los últimos levantamientos federales serios y en tierra argentina, frente al poder anglo porteño. Las tropas gauchas se encuentran conducidas por Felipe Varela. Su figura para mi es muy importante porque le dicen el «quijote de los llanos», eso entronca al federalismo con el historicismo hispánico cervantino y es una muestra de que el caudillo entrega todo su patrimonio a la causa nacional.

Además las proclamas de Varela, muy bien redactadas son algunos de los pocos instrumentos escritos para rastrear el conocimiento federal signado por la tradición verbal. En ellas se demuestra que luego de la desmembración de Bolivia y Uruguay (Rivadavia) y Paraguay y Río Grande do Sul (Urquiza), el federalismo continúa predicando el continentalismo. También la solidaridad con la provincia de Paraguay (tal vez esta sea una batalla de la guerra de la triple alianza) y la desesperanza ante la inacción de Urquiza mas empeñado en ser el principal proveedor de la guerra.

Surge la misteriosa Zamba de Vargas, madre de todas las zambas. Su versión federal cuenta que las lanzas gauchas ya poco podían hacer frente a los remington (y tal vez ametralladoras) que las potencias habían exportado a los unitarios para combatir al pueblo argentino.

«Los nacionales vienen
Pozo de Vargas.

Tienen fusil y tienen
las uñas largas.

Lanzas contra fusiles
pobre Varela.

Que bien pelean sus tropas
en la humareda».